La violencia desatada en Kenia tras la sospechosa reelección del presidente Mwai Kibaki el pasado 27 de diciembre ha herido de muerte al deporte de dicho país.
La muerte de Lucas Sang, finalista del relevo 4x400 en los juego de Seúl en el tumulto que se produjo en Eldoret en año nuevo, en el que murieron alrededor de 30 personas, entre ellas mujeres y niños, y el asesinato con una flecha envenenada del maratoniano Wesley Ngetich en Trans Mara, no son más que la punta del iceberg de una situación insostenible.
Los atletas no pueden entrenar y los eventos deportivos se han visto cancelados por la ola de violencia que asola al país. El miedo hace que los deportistas se vean obligados a entrenar en los bosques sin poder apartar los ojos de detrás de los hombros. Campeones del mundo y medallistas olímpicos ven truncada su preparación ante el preventivo cierre de los campos de entrenamiento.
Se prevé que muchos deportistas se pierdan las primeras carreras de la temporada ante los problemas y retrasos para conseguir las visas y el hecho de que muchas embajadas han cerrado. Está en peligro incluso la preparación de los atletas para los Juegos de Pekín.El problema afecta también a otros deportes, como el Rally Safari, que ha sido suspendido ante el riesgo que supone su celebración para los participantes. También se espera la cancelación del Abierto de Kenia de golf, en el próximo mes de marzo, y la participación del Tusker FC, campeón de fútbol de Kenia, en la Liga de Campeones de África en febrero.
12 febrero 2008
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1 comentario:
Es triste comprobar como las cosas más nobles suelen ser las más débiles y por lo tanto las primeras en verse afectadas por la violencia.
un beso.
Gracias por hablar de cosas que suelen callarse.
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