El PSOE tiene un serio problema: su discurso se limita la mayoría de las veces al PP, a su temible llegada al poder, y encima se permite el lujo de no escuchar lo que ansían los ciudadanos. El 15-O es en parte consecuencia de esto.
Si me dan a elegir, prefiero mil veces las propuestas, las razones y los argumentos. Pero han abusado tanto del miedo a que viene la derecha que han acabado por debilitar sus propias propuestas y restarles credibilidad ante los electores.
Sobre todo, porque rara vez las han cumplido, en especial en esta última legislatura. Y las que han puesto en marcha son radicalmente contrarias a las predicadas. Han abusado tanto del digo para hacer diego, que ahora lo más difícil es creerles.
El máximo exponente de este dilema es el propio Rubalcaba, cabeza de peso de todos los gobiernos de las dos últimas legislaturas, que ahora se despeña en el esfuerzo titánico de prometer aquello que antes fue incapaz de poner en marcha cuando nadie se lo impedía. Viene al caso aquel dicho popular de no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre.
Ante esa realidad palpable, lo único que queda es inocular el miedo al adversario por si así cuela. Sin embargo, se han propasado tanto con esa técnica que han logrado provocar el efecto contrario, el temible efecto boomerang, que ha acabado por volverles en contra su propio discurso.
Cuanto más atemorizan con la derecha cavernaria que nos gobernará en los próximos años, menos miedo le tienen los ciudadanos a un cambio tan incierto y a priori tan horrendo para ellos. Entre otras cosas, porque es casi imposible estar peor, con la que está cayendo, y porque lo que prima ahora mismo en las mentes de los ciudadanos es sacarlos del poder al precio que sea. Más nefasto no puede ser el resultado de una gestión.
La más que presumible victoria tanto de Rajoy como de Arenas después en las andaluzas no hace sino afianzar la creencia generalizada de lo mal que lo han hecho. Porque para que alguien esgrimiendo un populismo vulgar, casi sin propuestas y sin programa, te gane por goleada, ya lo tienes que haber hecho rematadamente mal. El éxito de Rajoy es la fiel medida de la magnitud del fracaso de Zapatero.
Un fracaso que además tiene un coste añadido; el haber arrastrado con él a todo un partido sin haberle dado siquiera una oportunidad de rehacerse, de desempolvar las ideas y sacarles lustre, plantarlas ante los ciudadanos con honradez y valentía y debatir con ellos cuáles son las mejores y más necesarias para sacar el país del pozo estanco en el que se halla. Zapatero ha arrinconado al PSOE en los cuarteles de invierno con su aplastante derrota, en vez de haberlo lanzado a la calle a empaparse del olor de la ciudadanía.
Puede que a Zapatero lo acabe juzgando la Historia, y puede que su sentencia sea incluso más dura que la que ahora le inflingirán los ciudadanos en las urnas. No será el único. Que no se piensen que se van a librar del litigio quienes han estado todo este tiempo de su mano, encumbrándolo y permitiéndole hacer de la capa del partido un sayo, en un cobarde proceso de adulación sin límites que ha acabado arrastrando por el país los jirones de su centenaria historia. Ésos también tendrán su hueco en el sumario, porque el rey siempre estuvo desduno.
3 comentarios:
En realidad, lo que aquí expones es el fracaso de los españoles (más allá de lo bien/mal que lo haga luego Rajoy).
Si gana alguien sin propuestas, es que somos unos idiotas.
Amigo Cartier, pues me termo que eso es lo que va a ocurrir. Y sí, algo idiotas sí que somos, sólo tienes que observar a los políticos que elegimos para que nos representen.
Yo, viuda de 79 años que denuncio posible ¿TERRORISMO DE ESTADO?, y mi familia recibimos amenaza de muerte desde A Estrada (Pontevedra, Galicia, Spain) de un afiliado/a a las "Juventudes" del PSOE: "suelen cerrar bien durante la noche en casa??... ojala... que un dia alguien te pegue un tiro en la cabeza... y si no... te lo pego yo... matarte y hacerte desaparecer no me seria tan dificil... o que seria si hubiera un medico menos?".
http://aims.selfip.org/spanish_revolution.htm
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