Quien lea fuera de contexto este artículo publicado en el Diario de Sevilla, estaría en condiciones de afirmar que desde la dirección de Tussam lanzan piedras envenenadas sobre la mano que les da de comer, es decir, sobre la alcaldía de la ciudad y su máximo regidor, Alfredo Sánchez Monteseirín. Basta con detenerse sobre el resaltado en negrilla del mismo para que resurja una fotografía negativa de la manera de gestionar la movilidad por parte del consistorio, en especial a lo que afecta a la empresa de transporte urbano.
Así, se resaltan los “niveles excesivamente bajos” de velocidad comercial, apuntando claramente a la insuficiencia de los carriles bus actuales, y que “penalizan de forma importante al transporte público”. Amén de resaltar la pérdida de 1,7 millones de viajeros en 2009 –una más– y de endosarle, también una vez más, toda la responsabilidad de dicha pérdida a las interminables obras que sacuden la ciudad.
Dicha información, en la que aparecen datos muy recientes, como la caída de un 0.3% de la demanda de viajeros en abril –aún no hace tres meses–, el leve repunte de viajeros, la recaudación o el porcentaje de utilización de los títulos de viaje, no circula por ahí así como así. Ni siquiera la minoría elitista de empleados que trabajan cercanos a la dirección tiene acceso a la misma. Y eso es un dato importante a la hora de juzgar la intención de su difusión.
Porque esa información forma parte de los resúmenes que se facilitan a los integrantes del consejo de administración de la empresa y eso en Tussam son palabras mayores. Es cierto que en el consejo tiene representación el grupo político de la oposición. Pero de venir de ahí la filtración quizá el medio elegido hubiese sido otro o bien todos a la vez mediante la socorrida nota de prensa. El periodista en este caso ha hecho bien su trabajo y ha acudido a quien sabía que podía proporcionársela. Ya pasó igual el año pasado y Arizaga sigue sin enterarse, cosa que no me extraña.
Fuentes de toda solvencia afirman que esa información se escapa por las grietas del círculo más íntimo de Arizaga, dicho lo de íntimo en relación a la proximidad, no se vaya a pensar mal, y que quien la ha sacado no es de los que cobran el sueldo multimillonario de un conductor, mecánico o administrativo, esos privilegiados. Es alguien cuyo contrato es tan transparente que apenas se ve. ¿Maniobras orquestales de partido en la oscuridad? Vete tú a saber.
Lo curioso es que en las mismas fechas se lanza el panfleto payaso que aparece a continuación. Quiero decir el boletín informativo interno de la empresa, esa hoja parroquial mediante la cual se pretende hacer comulgar con ruedas de molino a toda la plantilla. Y, qué curioso, ahí como los destinatarios son otros, se sesga intencionadamente la información y se le da un barniz de positivismo que la hace de lo más indigesta.
Si os detenéis a leerla, sólo se refiere al repunte de viajeros del primer semestre de este año, de lo cual nos alegramos todos, pero nada de nada de la cantidad de aspectos negativos sobre la gestión de la movilidad urbana por parte del Ayuntamiento que pueblan todo el artículo anterior.
Claro que lo que realmente cuesta entender es que si ese incremento de viajeros y todos esos porcentajes que suben como obra de un milagro son la “consecuencia del mejor aprovechamiento de las líneas y una racionalización del servicio, pues para transportar esos casi cuarenta y cinco millones de viajeros han hecho falta 340.000 kilómetros menos que el año pasado en el mismo semestre”, se puede deducir sin temor a equivocarse que se podía haber hecho lo mismo mucho antes (quién sabe desde cuándo) y ahorrarle una pasta a los sevillanos y si no ha sido así es porque a alguien no le ha dado la gana o no ha sido lo suficiente lumbreras como para darse cuenta y ha tenido que esperar que venga algún iluminado a advertirle. Porque si no, no se entiende. Es como pretender cubrirse de gloria y acabar hasta las trancas de mierda.
Este es un ejemplo clarificador de las dos líneas del mensaje de la dirección de Tussam; en la comunicación interna lluvia de flores (mustias) y en la prensa local bofetadas al alcalde y su equipo. Total, pensarán que para lo que le queda en el convento.
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