El año que concluye ha sido un año incierto. En Jack Daniel’s Blog acaba prácticamente igual a como comenzó: pidiendo paz para Gaza y denunciando el imperdonable silencio de la comunidad internacional. La sordera universal parece que sigue siendo lo más aconsejable en estos casos.
En ese tiempo, he practicado cada vez que he podido la solidaridad, tanto virtual como real, he abordado temas de periodismo, política, derechos humanos y, sobre todo, de Sevilla. A pesar de los años, sigue conmocionándome el mundo que me rodea y continúo sintiendo una atracción irresistible por la vida.
He contemplado y he sido parte de una gesta irrepetible y que me llena de ilusión: el hecho de que el espíritu de la red haya sido capaz por primera vez de doblegar a todo un gobierno y obligarlo a rectificar. La esperanza continuará viva si no cejamos en el empeño.
Vuestra magnificencia para conmigo me ha regalado algunas portadas en Bitácoras.com y otra en Menéame que han ayudado a incrementar los lectores y el prestigio de este blog. Ese acicate me ayuda cada día a esforzarme más si cabe y a abordar los nuevos proyectos con una ilusión renovada. En mis tiempos se le llamaba “como un niño con unos zapatos nuevos” y así es como me siento y por ello os estoy agradecido.
Pero lejos de las sorpresas que nos ha regalado este año, en el que los conservadores nos ha enseñado el infalible truco de cómo volverse comunista a conveniencia, privatizando las ganancias y socializando las pérdidas. Lejos de que ya hemos aprendido a otorgar Premios Nobel de la Paz de manera preventiva, como a Obama y de que por fin sabemos lo que es una subida impositiva de izquierdas de la mano de Zapatero. Además de la lección de coraje, humildad y compromiso que nos ha dado a todos una persona tan sencilla como Aminetou Haidar, yo destacaría por encima de todo en el año que agoniza dos acontecimientos puntuales.
El primero, que este año será considerado en los calendarios planetarios futuros como el año triste en que un no menos triste juez, tras consultar su sanedrín celestial particular, no consideró a Internet como medio de comunicación social, sino universal, y se quedó tan pancho dejándonos a todos con una incógnita existencial irreversible.
Y el segundo, que el año que se va pasará a la historia como aquel en que se destapó la cloaca y el desagradable olor a putrefacción inundó la atmósfera general de país, para desgracia de todos. La corrupción y una pestilente suerte de inmunidad parece que nos gobiernan y, lo que es peor, a nosotros no parece importarnos lo más mínimo.
A pesar de todo, aún mantengo vivas las esperanzas de que el que viene no sea peor.
Feliz entrada de año a todos.
8 comentarios:
Creo que este año ha estado repleto de cosas buenas, por mucho que los medios nos recuerden solo las malas hay que intentar ser positivo.
Dicen que bien está lo que bien acaba, yo pararé ahora de estudiar un rato, almorzaré y me voy a trabajar ahora.
Para mí es un año en el que como poco, he aprendido muchas cosas.
Feliz año Gregorio a ti también.
Feliz Año para ti Jack.
Cuenta conmigo para el 2010, a ver si las noticias son algo mejores para variar.
Un abrazo del C0y0te
Hay de todo en un año, bueno y malo y cosas sin color, yo te deseo lo mejor para el próximo y que no dejes de iluminar el camino,
un beso
Daniel: Feliz año, Daniel. En el próximo, más de lo mismo: más periodismo. Un abrazo.
Coyote: Esperemos que así sea. Un abrazo, amigo. Nos vemos en el 2010.
megustas: en el 2010 seguiremos estando aquí y con las mismas ganas.
Un beso.
Ojalá que las pulgas de mil camellos egipcios infecten el culo de quién intento fastidiarnos en 2009 y que sus brazos sean tan cortos que no puedan rascarse.
Salud y buena entrada de año Gregorio
Paco Catalán: Así sea. Un abrazo y un año mejor e ilusionante para todos, y especialmente para ti.
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