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08 julio 2008

El Portil en Punta Umbría (Huelva)

Ya lo escribí aquí una vez. Y, desde entonces, de vez en cuando procuro analogizarme algún que otro fin de semana y desconectar por completo del blog y de su ajetreo.
Este fin de semana recién pasado, con motivo de la celebración del estreno de mis vacaciones anuales, decidí retirarme del campo de batalla y pasarlo con unos buenos amigos en El Portil, una preciosa localidad rodeada de pinares junto a Punta Umbría, en la marisma de Huelva.
Para ser sincero, he de reconocer que ha merecido la pena. La amistad en un entorno incomparable es algo que no se puede describir con palabras, a menos de correr el peligro de quedarte corto en todos los aspectos.
Pero no me he olvidado del todo de vosotros, ni mucho menos. Porque, aunque es cierto que me he visto obligado a seguir la actualidad mediante el tradicional papel impreso, siempre llevo conmigo mi Cannon digital, que me recuerda incansablemente que somos píxeles y bits en combinación. Y aquí os dejo un resumen de mis idas y venidas por aquellos lares.
Justo al lado de la casa en la que me alojaba, existe una laguna natural, formada por el muro infranqueable de las dunas. Una laguna que está acorralada y acosada por el afán constructor y especulador del ser humano, pero que todavía las aves osan en tomar como suya, ignorando la avaricia y la ambición humanas y convirtiendo el entorno en un paraje único que se resiste a dentelladas al afán acaparador del hombre. Se llama la Laguna del Portil y, milagrosamente, puedes observar todo tipo de aves en su entorno natural con sólo caminar unos pasos.
Ni que decir tiene que también me fijé en la naturaleza muerta, que abunda en demasía, y en otros seres vivos que deambulaban por allí.
También estuvimos comiendo pescado fresco en Punta Umbría, un lugar digno de un post completo, por el carácter de sus gentes y por su barrio de pescadores. Se preparaban para la celebración de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, y tenían el barrio completamente engalanado para el evento. Gente sencilla que manifiesta su sentir de manera humilde y llana. Buena gente que sólo quiere comunicarse y compartir con más gente. Lo pasé fenomenal, e incluso conocí a un pintor que me impartió toda una lección sobre su manera de conseguir la mancha de color predominante que busca a la hora de pintar un cuadro.
Para terminar, os dejo dos fotografías de las ánforas que estos jornaleros del mar utilizan para capturar los pulpos que luego adornan vuestros platos y vuestra mesa. Están apiladas en los muelles, como viejos poseedores de tesoros ignotos, a la espera de la mano del hombre que los descubra a la luz de los ojos de los demás.

2 comentarios:

Mari Triqui dijo...

Un placer leerte!
Un beso.

Gregorio Verdugo dijo...

El placer es mío al tenerte por estos lares, Glora.
Un besazo.