El
empeño de algunos diarios en su afán por ser portavoces del poder no tiene
precio, incluso si en la mayoría de las ocasiones rozan el más espantoso de los
ridículos.
A
Zoido le han llovido las críticas en el aniversario de sus dos años de mandato.
Algo que era por cierto bastante predecible dado el alto nivel de expectativas
que levantó durante la campaña electoral y que se reflejó en una abrumadora
mayoría resultante de las urnas. Era una tarea de titanes que en tan sólo dos
años Zoido pudiera colmarlas todas, sobre todo porque cuando el alcalde se pone
a prometer se convierte en todo un campeón.
Cuando
no se hace lo que se promete y encima se sacan adelante proyectos que no
figuraban en el programa electoral con que se es elegido, lo normal es que los
periodistas y los ciudadanos comiencen a hablar de incumplimientos y de
programa oculto. Y es justamente eso lo que ha sucedido a pesar de la
rimbombante puesta en escena del alcalde de la gestión realizada y del
funcionamiento a pleno rendimiento de la artillería propagandística de la
que es capaz el equipo de Juan Ignacio desde el cuartel general de Laredo.
Sin
embargo, ya estaba tardando mucho en salir al rescate la portavocía oficial del gobierno municipal, o lo que es lo mismo el diario ABC de Sevilla. Y cuando
más arrecian las críticas y más cuestionada está la figura del regidor, que en un
momento dado no dudó un ápice en presentarse como el salvador de la ciudad,
aparece el titular de gloria presidiendo la cabecera: “Los
sevillanos dan un notable a su ciudad”. Ahí queda eso.
En
esta Sevilla eterna, que dormita en un lugar indeterminado de su pasado,
siempre ha sido un referente de la toma del pulso de sus ciudadanos el
barómetro que cada semestre publica la Fundación Antares Foro y el Centro Andaluz de Prospectiva.
Incluso para el diario en cuestión, aunque por lo que se ve sólo cuando los
datos son favorables a su posicionamiento ideológico.
El
último sondeo publicado corresponde a enero
de 2013 y poco han cambiado desde entonces las cosas y,
lamentablemente, si lo han hecho ha sido para peor. Pues bien, los datos no
pueden ser más demoledores, tanto para el alcalde como para quienes se dedican
a fabricar titulares de ciencia ficción: sólo el 18,3% de los encuestados
califican como “mejor” el estado general de la ciudad, mientras que un 49,8% lo
consideran “peor” y otro 29,8% que está “igual”. Dicho de otra
manera, para el 79,6% de los sevillanos la ciudad está igual o peor que cuando
Zoido tomó las riendas para dirigir sus designios.
Si analizamos la serie histórica la sorpresa es aún mayor, porque de resultas de ella el porcentaje de ciudadanos que perciben mejoría en el estado general de Sevilla sufre un decremento del 52,6% con respecto a enero de 2011, cuando Zoido todavía calentaba para tomar los mandos. Mientras que se incrementa en un 49,1% los que perciben un empeoramiento y en un 15,1% quienes consideran que no ha habido cambios.
En
fin, que hay datos que hablan por sí solos y no necesitan ni siquiera ser
comentados. Es el caso.
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