El pasado jueves 4 de octubre, Ricardo Marqués Sillero,
director del Sistema Integral de la
Bicicleta de la Universidad de Sevilla, presentó el estudio “Investigación
sobre el uso de la bicicleta en la ciudad de Sevilla 2011” (pdf-6,5 mg), en
el marco de las Jornadas sobre
Accesibilidad y Movilidad en el Área Metropolitana de Sevilla.
El acto tuvo lugar en el Salón de Grados de la Facultad de
Económicas de Sevilla con la participación de asociaciones como Acontramano, ADTA, Aljarafe
Habitable, Arquitectura
y Compromiso Social (ACS), Ecologistas
en Acción, Asociación Vecinal La
Revuelta, Los Dólmenes,
Plataforma Forestier de Guzmán y Valencina Habitable.
La noticia apenas ha tenido eco en la prensa local, prácticamente
se
ha pasado sobre ella de puntillas. Sin embargo los datos y conclusiones que
se pueden extraer del estudio son bastante significativos y exponen a las
claras la potencialidad de un modo de transporte que en esta ciudad no sólo ha
alcanzado grandes cotas de popularidad, sino también un peso insustituible a la
hora de combatir la polución y hacer de Sevilla un ciudad más habitable.
El conteo de desplazamientos en bicicleta ha sido realizado
en 22 puntos de Sevilla en días laborables, diferenciando las bicicletas del
sistema público SEVICI del resto y llevando a cabo una evaluación del reparto
de género entre l@s ciclistas detectados.
De los datos obtenidos se concluye que el número de
bicicletas contabilizadas en la ciudad ha sufrido un crecimiento de en torno a
un 10%, algo menor que en años anteriores. Se ha detectado una disminución de
bicicletas en la mitad de los puntos considerados, debido fundamentalmente a la
puesta en marcha de la segunda fase e la red de vías ciclistas y a la avanzada
fecha del conteo.
Entre los puntos en los que se ha detectado un incremento
destacan los situados en las afueras, lo que pone de manifiesto que el uso de
la bici se está incrementando notablemente en los barrios periféricos. El uso
del servicio público de bicicletas (SEVICI) supone algo menos de un tercio de
los desplazamientos totales.
Los desplazamientos totales en un día laborable sin lluvia
se han estimado en 72.000, con una distancia media de 5,1 Km, y que suponen un
9% de los desplazamientos mecanizados y un 5,6% de todos los desplazamientos,
incluidos los realizados a pie. De todos ellos, las mujeres son las que
realizan alrededor de la mitad, aunque es diferencia tiende a disminuir en las
horas punta del día.
El número de usuarios cotidianos de la bicicleta se estima
en algo más de 50.000. Lo que pone de manifiesto el potencial inmediato de
crecimiento del uso cotidiano de la bicicleta para moverse por la ciudad, ya
que otros estudios establecen que, entre usuarios cotidianos y ocasionales,
dicha cifra rondaría los 200.000. En condiciones óptimas, se ha estimado que
uso de la bici podría llegar a multiplicarse por cuatro. Datos que sitúan a
Sevilla como líder absoluto en España en el uso de la bicicleta como medio de
transporte.
El perfil predominante es el de varón joven que estudia o
trabaja y utiliza la bicicleta diariamente por motivos pragmáticos. Más de la
mitad de los desplazamientos detectados corresponden a “movilidad obligada”
frente a su uso deportivo o de ocio. Y más de las tres cuartas partes de los
usuarios encuestados lo hacen todos o casi todos los días. Los motivos de la
elección de la bici son fundamentalmente “pragmáticos” (economía, menor tiempo
de viaje, comodidad y facilidad de aparcamiento).
Los nuevos usuarios de este modo de transporte proceden a
partes iguales del transporte público, el coche o la moto y los desplazamientos
a pie, por este orden. Y las demandas más deseadas del colectivo son el
incremento de aparcamientos, la ampliación de la red de vías ciclistas y la
ampliación y mejora de la oferta de SEVICI.
En cuanto a la seguridad vial, destaca la escasa incidencia
de los conflictos con los vehículos a motor (20%), lo que pone de manifiesto el
éxito de la implantación de los carriles bici. Sin embargo, las fricciones con
los peatones alcanzan un preocupante 42%, debido fundamentalmente a la
proximidad de las vías ciclistas a las zonas peatonales, el ejemplo más
significativo lo constituye la Avenida de la Constitución.
En lo referente al impacto medioambiental, el uso de la bicicleta
supone un ahorro en combustible estimado en torno a los 27.151 barriles
anuales, con un coste aproximado de 2 millones de euros, y la no emisión de más
de 8.000 toneladas equivalentes de CO2 al año. Lo que supone 24
muertes evitas por enfermedades coronarias y de todo tipo al año.
1 comentario:
Todo muy bonito, pero en cuanto a seguridad habría que subrayar que ésta se consigue a costa del peatón, usurpando las aceras y priorizando su uso para las bicicletas, a las que no se les exige ni un seguro (como "vehículos" que son) ni ninguna identificación (matrícula) para casos de accidentes, que los ha habido. En la "ciudad de las personas", la bicicleta es símbolo de atropelledos (de derechos al peatón) y de mala educación (de los ciclistas talibanes).
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