En julio pasado se cumplieron 76 años de la masacre de La
Pañoleta, en la localidad sevillana de Camas. Aquel verano de 1936 salió de
Nerva la “Columna Minera de Riotinto” a lomos de 5 automóviles y 14 camiones.
La componían doscientos cincuenta hombres pertrechados con escopetas de caza y con
250 kilos de dinamita que les entregó la empresa minera inglesa Rio Tinto
Company Limited por orden del gobernador civil de Huelva. Su intención era
liberar Sevilla de las garras del golpista Queipo de Llano.
Tres días después, un efectivo de 120 hombres entre guardias
civiles y algunos guardias de asalto los estaban esperando emboscados en dicha
localidad y masacraron a 25 personas al hacer estallar de un disparo la
camioneta de la dinamita. 67 supervivientes que no lograron huir fueron
detenidos y fusilados el 31 de agosto en seis puntos diferentes de Sevilla para
que sirviera de escarmiento a otros. Tan sólo se salvó un joven de 16 años que
fue condenado a 20 años y un día.
Uno de los masacrados era José Palma Pedrero, enterrado
junto a ocho compañeros en la fosa común de Camas. Sus dos sobrinas, Pilar
Comendeiro y Nelly Bravo, residentes en Buenos Aires (Argentina) y New Jersey
(EEUU), llevan desde
que tuvieron conocimiento de su existencia luchando para recuperar los restos
de su familiar tal y como lo contamos en el este blog tras contactar con
ellas mediante email.
El año pasado solicitaron al Comisariado de la Memoria
Histórica una asignación de 8.000 euros para los trabajos de investigación y
excavación en el antiguo cementerio de Camas con el objeto de determinar si se
encuentran allí los restos de los nueves integrantes de la Columna Minera entre
los que se encuentran los de su tío.
José Barragán, de la Asociación Memoria, Libertad y Cultura
Democrática, que es la que solicitó la subvención, se puso en julio pasado en
contacto con ellas para informarlas que la subvención, incluida en la
convocatoria de 2011, fue desestimada por no cumplir con un requisito de la Ley
Estatal de Memoria Histórica, al estar constituida la asociación antes de julio
de 2004.
Barragán se ha reunido con el nuevo Director General de la
Memoria Democrática, que sustituye al antiguo Comisario, y les ha dado unas
pequeñas esperanzas, ya que entiende que dicho requisito está ya desfasado dada
la cantidad de años transcurridos desde la aprobación de la ley. En aquellos
momentos tenía su utilidad, porque se pretendía con él impedir la aparición de
gabinetes técnicos disfrazados de asociaciones que buscasen sólo el negocio.
El Director General piensa retomar el proyecto y no cree que
la cláusula de marras vaya a suponer un inconveniente. Eso sí, hay que esperar
a la convocatoria de subvenciones de este año, cuyo trámite oficial ya está en
marcha. La Asociación continuará insistiendo, apoyada por los alcaldes de Camas
y Nerva, volcados ambos en las reivindicaciones sobre la memoria de la Columna
Minera.
Mientras tanto, Pilar y Nelly deberán continuar esperando en
la lejanía a que llegue el día soñado en que puedan por fin recuperar los restos
de su familiar desaparecido hace ya más de tres cuartos de siglo.
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