Esta mañana se presentó soleada y brillante en Sevilla, tras
la espectacular granizada y la tromba de agua caída ayer tarde. Una Sevilla
luminosa y brillante como pocas, con el regusto amargo en la boca de la resaca
de la recién concluida Feria de Abril.
Mala combinación ésta, ya tradicional por otra parte, para
el desarrollo de una jornada reivindicativa, que los azares del calendario
hacen casi siempre coincidir con las postrimerías cuando no con el corazón mismo
de la semana grande de la capital hispalense.
En ese contexto, la fiesta del primero de mayo en Sevilla,
el Día Internacional de los Trabajadores, siempre ha tenido que batallar con
las dificultades para movilizar a una población que ya lleva como mínimo una
semana movilizada y por unos motivos completamente diferentes, cuando no
contrarios.
El hándicap de la asistencia, en contraposición a otras
movilizaciones similares pero en circunstancias distintas, siempre es en ésta
el más difícil de superar, a pesar de que este año, debido al delicado momento
por el que atraviesa la crisis que azota al país y la dramática ola de recortes
que cada viernes, uno tras otro, viene anunciando el Gobierno a través de las
ruedas de prensa tras el consejo de ministros.
Aún así, hoy han acudido a manifestarse alrededor de 18.000
personas, según los sindicatos convocantes (sólo 6.000 según la Policía Local)
en un trayecto corto, pero ya emblemático de cualquier protesta que se precie
en la ciudad: desde Puerta de Jerez a Plaza Nueva, atravesando el corazón
monumental de la Sevilla más eterna.
De camino a nuestro encuentro con la cabecera, nos topamos
con una concentración de periodistas convocados por la Asociación de la Prensa
de Sevilla (APS) a las puertas del rectorado de la Universidad para integrarse
posteriormente en el seno de la manifestación como grupo.
Tras intercambiar impresiones con algunos compañeros y
conseguir algún total para el vídeo que hemos elaborado sobre la manifestación,
continuamos nuestra marcha y comenzamos a divisar a la gente agolpada en la Puerta
de Jerez, aunque eso sí, no en las ingentes cantidades de otras ocasiones
recientes.
Ya en la Avenida de la Constitución nos topamos con la
cabecera, integrada por diferentes personalidades políticas locales y
encabezada por Juan Antonio Gilabert, secretario general de UGT Sevilla, y
Alfonso Vidán, secretario general de CCOO Sevilla. Por allí estaban Pepe
Caballos, diputado en el Parlamento de Andalucía por el PSOE, y Antonio Rodrigo
Torrijos, portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de
Sevilla. También conversamos un rato con ellos para que nos dieran sus
impresiones sobre la marcha de la protesta.
Algunos estudiantes que caminaban juntos se lamentaban de la
escasez de jóvenes y de la falta de concienciación de la gente para luchar en
la calle por lo que les están quitando desde el Gobierno. A esa hora, sobre las
12:49, terminaban de salir los últimos manifestantes de la plaza donde se
inició.
En la marcha estaban integrados diferentes y variopintos
colectivos, cada uno con sus consignas y reivindicaciones concretas, que se
iban sucediendo unos a otros mientras se acercaban a la fachada de la casa
consistorial.
Entre ellos vimos, además de a diferentes organizaciones
políticas minoritarias, a gente afectada por la crisis de los bancos, grupos de
periodistas en paro junto a los convocados por la APS, a los profesionales de
Canal Sur con sus cánticos en contra de los despidos, incluso a un peque
encaramado a una de las columnas que sostienen las cadenas de la catedral enarbolando
la bandera de una central sindical.
En este ambiente, semifestivo y reivindicativo a la vez, con
la alegría paralela del reencuentro, de nuevo, entre compañeros expertos ya en
estas lides, fuimos conversando con la gente, preguntándole por sus impresiones
y sus esperanzas de cara al futuro próximo, hasta concluir en Plaza Nueva.
Allí, el discurso de los oradores recordó a los parados, la
gran lacara de este país y de esta tierra en concreto y a la ingente cantidad
de trabajadores inmersos en Expedientes de Regulación de Empleo cuyo futuro
ennegrece irremisiblemente con el paso de los días. También hubo palabras para
recordar a los periodistas asistentes la cita pendiente del jueves próximo, 3
de mayo, en defensa de un periodismo digno y por la libertad de prensa. En ese
instante eran las 13:19 horas de un festivo soleado post Feria y la gente ya
comenzaba a girar sobre sus talones y emprender el camino de regreso.
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