A la hora torera, las cinco de la tarde
de un mes de abril en Sevilla, en pocos lugares hace tanto calor como en un
aula de Facultad de Comunicación. Ayer viernes, el aula 3.4 no iba a ser una
excepción, a pesar de sus bonitas y refrescantes vistas a lo que fue el recinto
de la Expo’92.
Algo más de cien periodistas venidos
desde diferentes lugares de Andalucía se dieron cita allí, bajo el lema “Se
buscan Periodistas”, para debatir y buscar posibles soluciones a la grave
crisis que atenaza a la profesión. Muchas caras conocidas y mucho avatar
desvirtualizado en una convocatoria pletórica de ilusión y esperanza y que, al
final, tampoco despejó demasiadas dudas.
Eso sí, los periodistas, por fin,
parece que están dispuestos a moverse y eso quedó bien patente en la intención
de volver a repetir el encuentro y en la creación de diferentes grupos de
trabajo que se encargarán de canalizar los proyectos que vayan surgiendo, para
que pueda integrarse todo aquel que esté interesado.
Fue Rafael Rodríguez, presidente de la Asociación de la Prensa de
Sevilla, quien introdujo el acto explicando que la iniciativa estaba
abierta a cualquier periodista de Andalucía y que están dispuestos a escuchar
todos los proyectos para asesorar, apoyar y llevarlos hasta sus últimas
consecuencias. “No debemos pensar en trabajar gratis ni en explotar a nadie, y
no debemos apoyar algo así”, dijo.
A continuación tomó la palabra José
Bejarano, el conductor de la iniciativa “Se buscan periodistas”,
que manifestó que allí había gente suficiente como para hacer cualquier cosa
que se quiera, porque si 100 periodistas sevillanos pueden hacerlo, más aún
3.000 de toda Andalucía. Apostó por debatir sobre propuestas concretas y obviar
los análisis de la situación por consabidos. Pidió la elección de una comisión
gestora que se encargase de recoger las propuestas que surgieran del debate y
darles forma, de cara a otra reunión que se convocaría para seguir avanzando en
el proyecto.
Bejarano anunció la creación de una
radio y un periódico digital y puso como modelo el Consejo
Andaluz de Agricultura Ecológica, una entidad privada que tiene sus propios
medios de producción y que además da un sello de calidad. “Podemos madurar la
idea de crear medios con el sello de calidad del periodismo y fomentar ese
sello”, dijo. En su opinión, hay que abandonar el estado de queja permanente y
regresar a la información que han abandonado los medios, porque “si la sociedad
no valora el producto informativo, debemos revalorizarlo nosotros, ¿quién si
no?”. Concluyó su intervención planteando la duda sobre la fórmula empresarial
que adoptará el proyecto.
Le siguió Rafael Camacho, licenciado en
Ciencias de la Información y profesor universitario, quien inició su intervención
parafraseando a Bertolt Bretch al asegurar que también los periodistas “debemos
cantar en tiempos oscuros”. Afirmó que en el último año han crecido en 2.000
los autónomos en la profesión de periodismo, la que más ha crecido de todas, y
que actualmente hay 48.000.
"Hemos estado buscando fórmulas
alternativas para poner en marcha una célula germinal para organizarnos y
avanzar", dijo, y pasó a impartir una clase magistral sobre las tres
alternativas más viables según su parecer: la sociedad de capital, la sociedad
laboral y la sociedad cooperativa.
También explicó la sociedad cooperativa
de impulso empresarial, una figura que aparece en la reciente legislación cuyo
objetivo es canalizar la iniciativa emprendedora. “Esta sociedad puede ser
promotora y tutelar alguna iniciativa que podáis llevar adelante muchos”,
afirmó. Su constitución es relativamente fácil y gozaría de la oportunidad de
captar socios que luego se pudieran valer de ella.
Camacho resaltó la necesidad de tener
un plan de empresa: analizar el mercado, qué se ofrecerá, para quién, disponer
de plan de marketing, estudiar la financiación, etc. Todo ello, defendió, lo
pueden hacer los propios periodistas.
A continuación tomaron la palabra Chelo Izquierdo, una de los
48.000 periodistas autónomos a los que se refirió Camacho, Lolo Ruiz, que se
defendió de las críticas sobre la organización del evento y afirmó que “aquí
estamos para trabajar”, y Leandro Estévez, el creador del grupo de Facebook “Periodistas en crisis”,
que reivindicó la necesidad de incluir a los recién licenciados, porque “pueden
con todo y no están atados a nada”.
El turno de palabra que se abrió a
posteriori los estrenó Gregorio Verdugo pidiendo solidaridad con la periodista
de la Cadena SER Pilar Velasco, imputada
por un juzgado por el mero hecho de hacer su trabajo y que fue recogida con
una sonora ovación.
Hubo menciones para el trabajo de Nacho
Chaparro y su popular vídeo “El camarero y el periodista”
como un ejemplo válido de cómo está la situación en la profesión. También hubo
quien denunció que son los medios quienes obligan a los periodistas a hacerse
autónomos para poder trabajar y así ahorrarse costes. Algunos defendieron las necesidad que no
imitar a los diarios digitales y enfocar el proyecto hacia el iPad y las
tabletas. Cada cual iba exponiendo sus experiencias y los conocimientos sobre
proyectos que hasta ahora habían funcionado con normalidad. Por el aula
pasearon los espectros de Onda Verde, la radio madrileña de los 80 en la que
los locutores pagaban una cuota mensual y se buscaban la publicidad para
autogestionar su programa, Periodismo Humano y particular fórmula de financiación
y algunos otros.
La sorpresa del encuentro fue la
intervención de Ricardo Alba, periodista venido desde Almería, que afirmó
que se movía mucho, que “nunca me ha faltado trabajo” y que venía con dos proyectos
para ponerlos a disposición de la APS para que los canalizará, porque no
podrían cubrir a todos los asistentes. "Me hice patrón de barcos y conté
qué pasaba en el mar. Me hice buzo y conté qué pasaba debajo del agua",
dijo. Afirmó que todavía se podía vivir de esto y animó a los asistentes a
poner de su parte.
En ese momento, el hashtag #sebuscanperiodistas
ya era trending topic nacional y el evento estaba siendo seguido por 1.500
personas a través de Twitter. Un joven
periodista, también en paro, se quejó de que “tenemos más medios que nunca y
hacemos menos que nunca: debemos estar en la calle”. Probablemente, fue el que
más se acercó a la realidad. Noemi
Morejón lanzó la propuesta de una estructura de periodistas especializados
que sea capaz de vender información de calidad a los medios. Marta García Navarro insistió en
que el problema radicaba en el modelo de negocio y otro asistente propuso la
creación de una red de blogs patrocinado por empresas.
Al final, y tras una llamada a la
acción, a no resignarse, se conformaron los grupos de trabajo y una hoja de
ruta que pasa por la asistencia masiva a las manifestaciones en
defensa de la libertad de prensa convocadas para el próximo 3 de mayo en
diferentes ciudades del país.
A esas alturas de la tarde, el calor ya
comenzaba a menguar, como la reunión, y la conclusión mayoritaria era que
“teníamos que hacer algo”. “¿Pero qué?”, fue también la pregunta con la que
todos se marcharon rondando por sus cabezas.
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