El PSOE de Sevilla apuesta en la energía de sus militantes

Un mitin socialista en esta tierra ha sido siempre una demostración de músculo, una exhibición brillante de una maquinaria formidable especializada en ganar elecciones. Pero en esta atípica campaña que estamos viviendo, incluso ese precepto ya convertido en ley universal por la costumbre se tambalea. Algo de ello se pudo evidenciar ayer en el acto que celebraron en el hotel Barceló de Sevilla en un día en el que la lluvia que comenzó a caer sobre la ciudad no hizo sino añadir una dificultad más a un acto en las mismas puertas de la Feria. Y eso que se contaba con la presencia del vicepresidente primero del Gobierno y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Ya en la previa, mientras se escuchaban sones de Triana para amenizar la espera y probar la calidad del sonido, se palpaba cierto nerviosismo, una preocupación que se podía tocar en las conversaciones que en los pasillos mantenían algunos militantes.

Se comentaba que los autobuses que habían flotado las distintas agrupaciones llegaban medio vacíos y que los equipos de campaña que están llevando a cabo las campañas puerta a puerta reciben apoyos e insultos por igual

, “incluso si me apuras más de lo segundo” llegó a matizar uno de sus integrantes.

La organización decidió a última hora suprimir doscientos asientos, ante el temor a un fracaso en la asistencia, y tuvo que desplegar una de las mamparas que divide el salón donde se celebra el EBE cada año. Al final, tuvieron que volver a replegarla porque la sala casi se llenó y los asistentes se agolpaban de pie al fondo de la misma para escuchar a los participantes.

Ese síntoma de vulnerabilidad antes inexistente ya se había puesto de manifiesto con anterioridad, cuando a un mitin convocado en Torreblanca que contaba con la presencia del ex vicepresidente del gobierno Alfonso Guerra apenas acudieron algo más de doscientas personas. El propio secretario general del partido en Sevilla, José Antonio Viera, lo había reconocido de manera implícita el día antes, cuando reconoció que en Sevilla capital lo tenían “difícil” si el partido no logra movilizar al 40% de indecisos que, según las encuestas que manejan, todavía no saben qué van a votar.

Precisamente por eso, no es la euforia, como ocurre en el Partido Popular, la manifestación de ánimo que más preocupa en estos momentos a los socialistas, sino la movilización de los suyos, de sus bases, donde parece haber arraigado el desánimo y la apatía más de lo que en un principio se pensaba. De ahí la incidencia de todos los oradores en la necesidad de una gran movilización de las bases para conseguir una victoria que cada día que pasa se antoja más difícil.

El otro lugar común de todas las intervenciones que se produjeron fue la queja por el tratamiento recibido por los medios de comunicación. Lo dijo José Antonio Viera, que tras quejarse de que en Sevilla “hay barro por todas las esquinas”, aseguró que la victoria no dependerá de la campaña mediática, porque “si fuera así, no hubiéramos ganado elecciones en treinta años”. Para el secretario general de los socialistas, los sevillanos no sólo elegirán un modelo de ciudad el próximo día 22, sino “un modelo de sociedad”.

También se refirió a ello Juan Espadas, candidato a la alcaldía, que aseguró que “sólo consiguen bajar la moral y crear pesimismo” entre los ciudadanos. Su discurso mostró un mensaje más duro, más compacto, del que nos tiene acostumbrado, fijando el blanco en su principal adversario, Juan Ignacio Zoido, de quien dijo que “no quiere debatir”, por que “lleva rechazados ya tres debates”. Espadas vaticinó que, tras la Feria, un ejército de militantes socialista se trasladará a los barrios para presentar sus propuestas, “que no han salido de ningún laboratorio socialista”, sino del trabajo concienzudo realizado por su equipo “barrio a barrio”.

Rubalcaba se centró en resaltar la falta de propuestas de la derecha. Con esa oratoria pausada y brillante que acostumbra, acusó a Rajoy de estar bajo la influencia directa del “mando a distancia de Aznar”. “Cuando Aznar habla, Rajoy calla, otorga” llegó a decir. Tras calificar al Partido Popular como “la derecha de la derecha” parafraseó una canción de Serrat para referirse al líder del partido de la oposición: “Uno de mi calle me ha dicho que tiene a un amigo que conoce a un tipo que ha escuchado a Rajoy hacer una propuesta” bromeó. También criticó que el vídeo del PP sobre la ciudad muestra la “Sevilla negra, una Sevilla que no existe” y acusó a los populares de “embarrar” permanentemente la política.

Cerró el acto el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, que vaticinó que el día 22 los sevillanos le dirán a Zoido “por qué no te callas”, porque la derecha sólo pretende “disuadir a las ciudadanos para que no acudan a las urnas”. Griñán tuvo palabras de agradecimiento para el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, de quien dijo que “ha expropiado Sevilla a los sevillitas” y que ha otorgado “sevillanía a los barrios”. Llamó a los militantes a la movilización masiva, porque los socialistas “siempre trabajamos para los tiempos que no nos tocará vivir” y porque “es mejor perder unas elecciones que dejar de ser nosotros mismos”.

El acto concluyó en el real de la Feria, donde se celebró la tradicional copa previa a la fiesta en la caseta del PSOE. Dice el primer principio de la termodinámica que la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. A él se agarran los socialistas con desesperación, a que la energía tradicional de un partido vivo como pocos dé la vuelta a la predicción desfavorable de los sondeos. Sólo a finales del mes que ahora comienza se verán los resultados.