Están ahí, justo al lado, casi nos rozan, pero no los vemos. Y no los vemos porque siempre hay alguien que se empeña en ocultarlos, en hacerlos invisibles como espectros de otra dimensión. También porque nosotros nos obstinamos en no verlos, como si no existieran. Tal vez por miedo a perder lo poco que tenemos o, lo que es peor, por pavor a descubrir cómo somos en realidad y qué posos se asientan en el fondo de nuestros corazones. El caso es que, afortunadamente, siempre hay alguien también que está dispuesto a contarlo como sea. Y va y lo hace. Nunca habrá gracias suficientes para ellos.
08 septiembre 2010
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2 comentarios:
Hola Jacks, un placer volver a leerte,después del paréntesis veraniego.
El video muestra,la parte del ser humano que nunca entenderé...
por que?...como se puede jugar así con la vida de los demas?
Gracias Jacks, por no "pasar",por no mirar hacia otro lado...
Un abrazo grande,amigo.
Carpe-Diem: gracias a ti por regresar.
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