Sakineh Ashtiani, la mujer iraní que se salvó de ser lapidada por adulterio gracias a la presión internacional, corre el peligro de ser ejecutada en unos días en la horca.
Sakineh Ashtiani ha sido víctima de una farsa, de una parodia de la justicia. Fue condenada a muerte por lapidación porque supuestamente había mantenido relaciones con otros hombres, a pesar de que su marido había fallecido años atrás, y de que la lapidación ya había sido declarada ilegal en Irán.
Y por si fuera poco, Sakineh se enfrentó a un juicio celebrado en un idioma que no era el suyo. Sus dos hijos lanzaron una campaña para salvar su vida que logró generar un revuelo mundial. Bajo la creciente presión, el gobierno iraní revocó la lapidación, pero mantiene aún la condena a morir ejecutada.
La tensión ha ido en aumento en Irán desde que el caso de Sakineh cobró atención mundial. El régimen ha amenazado con arrestar a sus hijos por hacer declaraciones y ya ha emitido una orden de arresto contra el abogado de Sakineh, que ha tenido que pasar a la clandestinidad. Sus familiares están siendo objeto de persecución.
El Presidente brasileño Lula y el Primer Ministro turco Erdoğan son mediadores habituales y aliados clave de Irán, y tanto Brasil como Turquía han condenado el caso. Ambos son muy respetados en Irán y podrían influenciar la decisión última del régimen. En un principio, Lula declaró que no se involucraría con este caso, pero uno de sus colaboradores le mostró la impresionante campaña mundial por Internet, y entonces cambió de parecer. Ahora Lula ha ofrecido asilo a Sakineh y está llamando a las autoridades iraníes a que anuncien la rápida resolución del caso.
Si quieres colaborar en salvar a Sakineh de la muerte puedes hacerlo aquí.
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