A lo largo de 2010 ya han caído Georgino Orellana, Luis Chévez Hernández, Bayardo Mairena y Manuel Juárez, Nahum Palacios Arteaga, David Meza, Joseph Hernández Ochoa, Nicolás Asfura, Luis Arturo Mondragón y ahora Israel Zelaya Díaz.
Continúa el reguero de periodistas asesinados en Honduras, sin que hasta ahora se haya dado cuenta de ninguna de estas muertes.
Ésa es la verdadera democracia que se esconde tras el golpe de estado que expulsó a Zelaya del poder. Una democracia que asesina a los llamados a convertirse en sus mejores garantes y deja a los ciudadanos huérfanos del derecho a la información.
¿Dedicará Obama algún reproche a la masacre?
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