Gonzalo Boyé Tuset
“Lo lamentable del caso contra Garzón, que no del caso Garzón, es que se están cruzando todos los límites imaginables en una democracia sin siquiera medir las consecuencias de dicha extralimitación. Se están induciendo políticamente las decisiones judiciales, cuestionando judicialmente las políticas y los actos ciudadanos más relevantes, como el votar, y todo ello con el único fin de preparar el escenario electoral para, con la fuerza de la judicatura, modificar la voluntad popular y, si no es así, tiempo al tiempo, porque esta estrategia ya la conocemos.
Este actuar de las altas esferas de la judicatura está generando daños irreparables a la imagen internacional no sólo del sistema judicial español sino, sobre todo, del sistema político y democrático del Estado. Porque fuera de nuestras fronteras no se comprende que unos pocos en un poder de pocos tengan tanto poder como para hacer lo que están haciendo ni, mucho menos, que ante decisiones discutidas se acuda, sin más, a la quema en la hoguera pública de su autor, situando al sistema judicial actual en unos parámetros históricos más acordes con Niño de Guevara que con una democracia del siglo actual.”
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4 comentarios:
hace tiempo que me entró el miedo, se nota en muchas cosas la manipulacion de la verdad, el caso contra Garzon es un sintoma bien grave, como lo son tantos otros (revisa los ultimos 6 años contra todo movimiento de democracia libre o de opinión) llevan levantando ampollas y creando malestar desde que perdieron. Estas proximas elecciones ganaran ellos porque la gente de izquierdas ha vuelto a perder la esperanza y se resigna, este pais nuestro es un puto vaiven, lo malo es que no aprendemos de los errores.
megustas: lo que menos me gusta de todo esto es la permanente conspiración subterránea contra el que avancemos en democracia y en ciudadanía, que no es para nada acorde con lo que sucede en los países de nuestro entorno. Ése es el verdadero atraso de España.
cierto, eso es: que no avanzamos como en su día supieron hacer los otros paises, tal vez aquí la gente no pretende pensar mucho ni creerse que la democracia es libertad consensuada y con respeto hacia las opiniones diferentes, lo malo es que los adolescentes tampoco son enseñados por sus padres a pensar.
megustas: me temo que en democracia y derechos civiles vamos a la cola del furgón.
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