La puta llamada Estado de Derecho en Tussam

Como confirmación de este post anterior, y como no hay retrato sin ejemplo, voy a contaros uno que me ha llegado hoy a través de dos fuentes diferentes y bastante fiables.

No hace demasiados días, durante la madrugada, se presentó en las instalaciones de Tussam un equipo médico que, sin previo aviso ni conocimiento de nadie, procedió a efectuar al personal de la sección de Limpieza y Repostado unos controles en busca de consumo de drogas y de alcohol que rayaban, sino la transgredían de manera literal, la legalidad vigente.

La idea, cómo no, partía del ínclito Arizaga, el acosador, que ya ha dado muestras más que suficientes de que nimiedades como la presunción de inocencia o la prevención en la salud de los trabajadores no son escollos suficientes como para detener su fulgurante carrera hacia el estrellato, nunca mejor dicho.

Ahora parece que tiene la intención de trasladar la práctica a los conductores y, claro, le importa un “egg” las posibles molestias y perjuicios que su puesta en marcha pueda ocasionar en los clientes. Total, qué mierda es el derecho a la movilidad de los ciudadanos en comparación con el de este tipo a hacer lo que le venga en gana.

Pero la genética falta de respeto que Arizaga siente hacia todo tipo de derecho, sea individual o colectivo, se corroboró precisamente entre los suyos, es decir, en el Consejo de Dirección de la empresa que tuvo lugar a los pocos días de cometida la tropelía.

El departamento que se encarga de todo lo referente a la salud y prevención de riesgos laborales en la empresa depende y es responsabilidad directa del Director de Recursos Humanos, que por cierto se enteró de la operación de búsqueda y captura del alcohólico y del drogadicto a toro pasado.

Cuando el Director de Recursos Humanos, con razón, se quejó amargamente durante la reunión del Comité de Dirección de que no era lógico que, siendo él el responsable directo del Departamento en cuestión, no se le comunicara que se iba a llevar a cabo una operación de este tipo, la respuesta de Arizaga no se hizo esperar.

Poco menos que le dijo en su cara que no le había comunicado nada sobre esta actuación ni le comunicaría otras similares en el futuro, por la sencilla razón de que dos hijos suyos trabajan en la empresa como conductores.

De nuevo el atleta Arizaga saltándose a la torera las vallas de los derechos individuales de las personas y, ya de paso, humillando al director de Recursos Humanos ante el resto de directivos y poniéndolo, además de por poco profesional, de chivato.

Esta anécdota nos más que otra muestra palpable del talante demócrata y cabal de este señor que el Alcalde de Sevilla se empeña en mantener en su puesto, a pesar de su más que probada falta de capacitación, por una oculta razón que todavía no logro descifrar.

Lo dicho, a esta puta se la folla todo quisque y nadie paga.