cabecera_tipográfica_trans

06 noviembre 2009

Una puta llamada Estado de Derecho

El Estado de Derecho es la puta a la que todo el mundo se folla, pero ninguno de ellos paga.

Que esto es así, salta a la vista tan sólo con echar cada día una hojeada a la prensa y contemplar cómo un partido político, con tal de distraer la atención sobre sus graves problemas internos, cuestiona constantemente, e incluso insulta sin ruborizarse siquiera, a toda institución de las que se dota el Estado de Derecho para llevar a cabo su sagrado cometido, que no es otro que garantizar las libertades y los derechos fundamentales de cuantos viven bajo su amparo y protección.

No hay más que hacer una recopilación de los titulares que viene regalando el Partido Popular desde que perdió las elecciones para percatarse de que el Estado de Derecho cada día se asemeja más a una falacia utilitarista a los ojos de los ciudadanos de a pie, que son los únicos quienes de verdad apechugan por las ofensas que puedan ocasionarle.

Porque los prebostes de la Patria, no sé con arreglo a qué secreto y omnipotente privilegio, se pueden permitir el lujo de cagarse en el Estado de Derecho nada más desayunar y en público sin que sufran por ello ninguna consecuencia. Debe ser causa de aquella sacrosanta máxima de que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, salvo nosotros.

Y si ésta es la norma en las altas esferas del poder, no quiero ni imaginarme lo que ocurre en la vulgar tropa, donde las tropelías contra derechos fundamentales protegidos por la Constitución Española son el pan de cada día y el simple ciudadano se ve obligado para sobrevivir a aplicar el vetusto remedio de las amplias tragaderas, si no quiere verse enredado para los restos en un imbricado lodazal de pleitos que no le llevarán a ningún lugar. Es el retrato básico de la vida cotidiana de esta democracia que nos hemos dado entre todos.



No hay comentarios: