Ayer Sevilla estaba envuelta en esa calor que le es tan propia que se te adhiere a la piel nada más asomarte a la calle y te hace caminar envuelto en una sensación de baño permanente.
Al filo de las siete de la tarde, en la remozada Puerta de Jerez, la Alianza Española contra la Pobreza había convocado una manifestación, en el marco de las actividades de la Semana contra la Pobreza, en reclamo de medidas concretas para aumentar la cantidad y calidad de la ayuda a los países empobrecidos, la cancelación de la deuda externa y el establecimiento de nuevas formas de relaciones comerciales que permitan a los países acabar con la injusticia, la inequidad y la discriminación.
Numerosos colectivos esperaban, alineados tras la gran pancarta que encabezaba la manifestación, el inicio de una marcha que exigía que se cumplieran los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Una masa humana diversa y plural que se mostraba con sones festivos como muestra de una sociedad comprometida en la lucha contra la pobreza.
La manifestación, custodiada por una presencia policial exagerada dado el tono jocoso de los manifestantes, muchos de los cuales acudieron con sus hijos, transcurrió con total normalidad por la Avenida de la Constitución, la Plaza de San Francisco, donde se realizó una sentada, la calle Sierpes, Tetuán y Plaza Nueva, donde tuvo lugar una pequeña representación escénica y se dio lectura a un manifiesto firmado por las organizaciones y colectivos participantes.
Por las calles sevillanas desfilaron integrantes de diversas organizaciones sociales, sindicatos, movimientos y plataformas ciudadanas como Sevilla Acoge, Asociación Ben Baso, Pobreza Cero, Amnistía Internacional, Intermón Oxfam, Acción en Red, una representación de los Mineros de Bolidén y muchos otros.
El transcurso de la marcha estuvo salpicado del colorido propio de la diversidad de las personas que la conformaban y por el contraste, que alcanzó su máxima expresión cuando el desfile abrazó la Plaza Nueva, donde ante la puerta principal del Ayuntamiento se extendía una mullida alfombra de pétalos de flores a causa de las bodas que se estaban celebrando en ese momento, mientras la sonora y jubilosa comitiva se encaminaba hasta el centro de la plaza para celebrar el acto final. Son los matices que dibujan a esta sociedad en la que vivimos, que es capaz de envolver las tristezas en pétalos de rosa y quedarse tan contenta.
PD: el reportaje en vídeo e imágenes del transcurso de la jornada ha sido realizado por este que esto escribe y mi amigo y compañero Jesu, editor del blog El arrozal.
Por cierto, da gusto trabajar con compañeros así.
3 comentarios:
Lo que hace tener un buen maestro al que seguir. ;)
Por cierto, ya publiqué en el Sinfu la presentación con las fotos de la manifestación, y te hice enlace.
http://sinfuturoysinunduro.com/2009/10/18/sevilla-contra-la-pobreza/
Jesu: aquí no hay maestros que valga, aquí sólo hay dos compañeros con muchas ganas de trabajar y de hacer cosas.
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