Ayer superaron el primer trámite parlamentario los izquierdistas presupuestos que el Gobierno ha presentado para el año próximo. Unas cuentas visiblemente progresistas y de izquierda que, curiosamente, han tenido que recibir el apoyo de partidos nacionalistas de centro para sortear el escollo en el parlamento.
Mientras la derecha nacional, por boca de su líder espiritual Rajoy, los califica abiertamente de “letales para España y para las clases medias y trabajadoras”, la izquierda parlamentaria los tilda de “decepcionantes”.
Cabe albergar una pequeña esperanza de que durante el debate de las enmiendas parciales se pueda negociar un pequeño giro a la izquierda con los partidos minoritarios, un guiño casi insignificante al electorado más exigente. Pero ni soñemos con que se van a tocar las rentas altas o las famosas SICAV. Con la pasta hemos topado.
Con crisis o sin crisis, los presupuestos vuelven a ser lo que siempre han sido; la mejor expresión de que este sistema que nos ahoga cíclicamente para que unos pocos puedan seguir manteniendo sus posiciones de privilegio es incapaz de cambiar en nada para mejorar la situación de los que menos tienen y más contribuyen a soportarlo.
Al final, cada año el debate presupuestario se reduce a la nadería de buscar el menor resquicio para que todo siga igual y no se genere un nerviosismo innecesario en los todo poderosos. Esos a los que se enfrenta Zapatero de tan extraña manera como hacerles el juego soterrándolo bajo un manto ignífugo de palabras ardientes.
Llegará el día que, con tanto movimiento estratégico y electoralista, acabaremos por no saber quién se sienta a cada lado del tablero. Algo que no por estrambótico carece de la tan necesaria lógica.
2 comentarios:
Estimado Jack; no comparto contigo tu definición de los presupuestos ¿ De verdad crees que los presupuestos vuelven a ser lo que siempre han sido? Solo con las declaraciones de la derecha ya podemos dirigir nuestras reflexiones a que realmente no son lo que siempre han sido. Rajoy dice que son letales para los trabajadores, es decir, que él haria unos presupuestos pensando en la clase trabajadora, nada de impuestos indirectos, nada de reforma laboral, nada de recortes en sanidad, educación, cultura, etc...Es más, estoy convencido que por Ley y para repartir el poco empleo que hay decretaría las 35 horas semanales. Por otro lado la otra izquierda, esa que tiene una exigua implantacion en el congreso, que los califica de decepcionante, la misma, por cierto, que se niega en el Ayuntamiento de Sevilla a crear los 189 puestos de trabajo fijos acordados con los sindicatos, o la que a despedido a trabajadores por ser afines a un tal Jon Ander.
Anónimo: independientemente de que todo lo que dices es cierto. Los presupuestos no son de izquierdas ni de coñas. Son parecidos a los de siempre y el incremento fiscal cae sobre los de siempre y los otros de siempre se vuelven a ir de rositas. Para no variar.
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