Periodistas que acaban haciendo de bloggers

Se pregunta Raúl Cazorla, en el blog Radiaciones, ¿Y si desparecen los periódicos? Y escribe a continuación:

“En lugar de apostar por la calidad, la prensa española reduce costes y se justifica diciendo que es muy caro hacer información. Si las noticias de los periódicos se parecen cada vez más a entradas de un blog, ¿de qué se sorprenden? Al final, han terminado copiando el formato del enemigo en lugar de enfrentarse a él”.

Cada vez son más quienes piensan que, dada la calidad del periodismo que se hace hoy día en los medios, son los periodistas quienes acaban ejerciendo el intrusismo con los bloggers.

Para redactar una noticia basada en un teletipo de agencia, no hace falta disponer de todo el día, ni estar encerrado en una redacción, ni siquiera ser periodista. El trabajo de un periodista debería ser otro bien distinto y desarrollarse fundamentalmente en la calle, buscando fuentes e investigando.

Los bloggers no viven de lo que escriben, en su inmensa mayoría. Tienen otras ocupaciones mediante las que se agencian el sustento que ocupan buena parte de su tiempo diario. El mantenimiento del blog se convierte en una especie de vocación satánica que es capaz de absorberle más tiempo y dedicación que el trabajo del que come y la familia con la que vive. Y, lo que es peor, en la mayoría de los casos cuesta dinero.

Y sin embargo, existen muchos blogs así, compatibilizados con una actividad principal y con el desarrollo normal de la vida, que ofrecen informaciones novedosas que jamás encontrarían eco en un medio tradicional, cuando no una profundización o enfoque diferente de la noticia que tampoco tiene cabida.

Si a todo esto se le añade la conversación con los lectores y el enriquecimiento del contenido que estos aportan, se entiende sobremanera que la crisis de la prensa tradicional no es algo pasajero, no estamos hablando de un sarampión informativo. Hablamos de la crisis de un concepto de periodismo en el que ha predominado el aspecto mercantilista sobre el del valor de la información, todo ello en contra y para pesar de los propios periodistas, que son los grandes perjudicados en todo este asunto.

Y es que uno de los mayores errores ha consistido en permitir que la información caiga en manos de los hombres de negocios, seres que, como escribió Enric González, han preferido dedicarse con desenfreno a la ludopatía bursátil antes que hacer una información de calidad que añada valor al medio.

Vía | Mangas Verdes