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24 diciembre 2008

Palabras que regalan libertad


Si, como yo, crees en la fuerza de las palabras, en que el lenguaje lleva implícito un mensaje de rebeldía y liberación que acabará por imponerse en este mundo de mierda, te invito a colaborar en la campaña “Palabras que son un regalo” que lleva a cabo Amnistía Internacional.

Se trata de dar voz, enviar esperanza, hacerles saber que no están solos, estos días en que se conmemoran los sesenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a los presos de conciencia, esas personas que, en más de 45 países, cuentan sus días en prisión por ejercer pacíficamente su derecho a pensar y expresarse libremente. Éstos son algunos ejemplos.

Abune Antonios tiene 80 años y es el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Eritrea. El Patriarca Antonios se había opuesto a la interferencia del gobierno en asuntos religiosos y en 2004 había protestado por la detención de tres sacerdotes ortodoxos. Tras más de un año bajo arresto domiciliario, en mayo del 2007 fue trasladado a otra casa especialmente acondicionada en la capital Asmara. Su arresto coincidió con el nombramiento por parte del gobierno de un nuevo Patriarca, algo que la propia Iglesia Ortodoxa prohíbe en vida del anterior. Su salud es preocupante porque padece diabetes y no recibe la medicación necesaria. Antonios fue detenido únicamente por la expresión pacífica de su derecho a la libertad de expresión y libertad de religión, ambos derechos garantizados en la Constitución Eritrea.

El periodista Chief Ebrima Manneh fue detenido en julio de 2006 por policías vestidos de paisano en las oficinas del periódico pro-gubernamental “Daily Observer” en Gambia. Los motivos de su detención son confusos. Algunos informes lo relacionan con la supuesta publicación de un artículo en el que criticaba al gobierno mientras otros dicen que fue porque proporcionó información crítica al gobierno a un periodista extranjero justo antes de la Cumbre de los Estados Africanos. La Agencia Nacional de Inteligencia ha negado cualquier relación con su detención. No se han presentado cargos en su contra y está incomunicado.

Antiguo ministro en el gobierno de Ruanda entre el 1994 y 2000, Charles Ntakirutinka cumple una condena de 10 años acusado de incitar a la desobediencia civil y asociación con malhechores. Junto con otras 7 personas, entre ellos el antiguo presidente de Ruanda, fundó “Partido Democrático para la Renovación” en mayo de 2001. Todos fueron detenidos en abril de 2002 por provocar un conflicto civil, en palabras del gobierno. Tras un juicio injusto, los 8 fueron condenados a penas de entre 5 y 10 años de cárcel. A día de hoy, todos, salvo Charles Ntakirutinka, han recobrado la libertad tras cumplir su sentencia de 5 años.

Y son muchos más. Con un simple mensaje puedes ayudar a que no pierdan la esperanza, que sepan que no están solos. Y, aunque parezca increíble, tal vez a su liberación, ya que de los 30 presos y presas de conciencia a quienes hemos regalado nuestras palabras en casi la última década desde Amnistía Internacional, 20 viven ya en libertad.

Merece la pena intentarlo.

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