"Aquí tenemos una cosa que en otros sitios no, como es el gusto por el debate sobre la estética".
Lo dice, y con razón, Guillermo Gutiérrez, Vicepresidente de Transportes Urbanos de Sevilla (TUSSAM), a raíz de la imposibilidad manifiesta de que el Metrocentro pueda circular sin catenarias, incluso cuando se amplíe su recorrido hasta San Bernardo.
Y lo que yo me planteo es que, a sabiendas de que nos gusta tanto a los sevillanos el debate estético, y teniendo como precedente que para el nuevo diseño de los autobuses urbanos se celebró una especie de referéndum entre los usuarios a la hora de elegirlo, cosa que dio bastante buen resultado por cierto.
¿Por qué no hacer lo mismo con las problemáticas catenarias y preguntarle a los ciudadanos si prefieren esos horribles cilindros de enorme calado o las más acordes y estéticas farolas fernandinas que se han instalado a lo largo de la Avenida de la Constitución?
A fin de cuentas, son los ciudadanos quienes van a sufrir el impacto estético de las mismas y de esa democrática manera se acabaría con el debate que, de seguir así, se eternizará per secula seculorum.
Si se pudo hacer con el rojo de los autobuses, no veo por qué no en este tema que tanta polémica ha levantado.
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