Andrew Keen es, al parecer, un experto en Internet y autor del libro “El Culto del Aficionado“, que se ha despachado a gusto sobre el modelo de periodismo que representa el Huffington Post y su impulsora Arianna Huffington en un artículo publicado en el último número de la revista Prospect.
Según este gurú del conocimiento, quienes participan escribiendo los artículos gratis lo hacen sólo “por llamar la atención del público sobre sus personas”, nada de interés por informar ni algo por el estilo.
Esta “economía de la atención”, no sería producto de una actitud narcisista, sino para autopromocionarse y dar a conocer mejor su identidad personal y conseguir lucrarse a través de ello.
Sin embargo, advierte que los lectores pueden pagar un alto precio por esta práctica en lo referente a la información fidedigna sobre los sucesos del mundo. En su opinión, este tipo de periodismo es poco fiable y se aprovecha del trabajo de los periodistas profesionales.
Todo ello se traduce en “un peligro para la democracia representativa” al no poder llegar a saber con certeza lo que ocurre, cosa que nos imposibilitará ejercer el derecho de voto con pleno conocimiento de causa.
El periodismo ciudadano es un peligro latente porque el periodista improvisado “puede verse más tentado a crear él mismo la noticia que a informar objetiva y responsablemente de lo que sucede”.
No voy a repetir aquí lo que ya expresé en su día sobre el mito de la objetividad en el periodismo. Quien quiera conocer todo lo relativo a la información fidedigna y no sesgada, a la veracidad intachable con la que nos han venido obsequiando los medios tradicionales, no tiene más que ojear cualquier libro sobre la historia del periodismo. No creo que tarde mucho tiempo en percatarse de que la prensa en general siempre se ha caracterizado por defender intereses totalmente ajenos al periodismo.
Ha existido siempre y todavía existe una demostrada incompatibilidad entre los intereses empresariales y políticos de los accionistas de la prensa con la misión de rendir con completa independencia un servicio público a los ciudadanos.
Es curioso, pero me parece de un desconocimiento profundo, o al menos de una hipocresía ridícula, acusar a los periodistas ciudadanos de ser capaces de “crear las noticias” ¿No era eso mismo lo que hicieron Pulitzer, Hearst y Scripps para montar sus imperios de papel?
No me voy a repetir en lo relativo a la democratización de la agenda informativa ni a la labor complementaria al periodismo que, tanto estos medios como los blogs, ejercen. Siempre será más fácil culpar de los males de la prensa tradicional a cualquiera, antes que reconocer los propios errores.
En resumen, y para no extenderme demasiado en el asunto, experto en Internet puede que lo sea, pero lo que es de periodismo Keen anda un poco cortito.
Según este gurú del conocimiento, quienes participan escribiendo los artículos gratis lo hacen sólo “por llamar la atención del público sobre sus personas”, nada de interés por informar ni algo por el estilo.
Esta “economía de la atención”, no sería producto de una actitud narcisista, sino para autopromocionarse y dar a conocer mejor su identidad personal y conseguir lucrarse a través de ello.
Sin embargo, advierte que los lectores pueden pagar un alto precio por esta práctica en lo referente a la información fidedigna sobre los sucesos del mundo. En su opinión, este tipo de periodismo es poco fiable y se aprovecha del trabajo de los periodistas profesionales.
Todo ello se traduce en “un peligro para la democracia representativa” al no poder llegar a saber con certeza lo que ocurre, cosa que nos imposibilitará ejercer el derecho de voto con pleno conocimiento de causa.
El periodismo ciudadano es un peligro latente porque el periodista improvisado “puede verse más tentado a crear él mismo la noticia que a informar objetiva y responsablemente de lo que sucede”.
No voy a repetir aquí lo que ya expresé en su día sobre el mito de la objetividad en el periodismo. Quien quiera conocer todo lo relativo a la información fidedigna y no sesgada, a la veracidad intachable con la que nos han venido obsequiando los medios tradicionales, no tiene más que ojear cualquier libro sobre la historia del periodismo. No creo que tarde mucho tiempo en percatarse de que la prensa en general siempre se ha caracterizado por defender intereses totalmente ajenos al periodismo.
Ha existido siempre y todavía existe una demostrada incompatibilidad entre los intereses empresariales y políticos de los accionistas de la prensa con la misión de rendir con completa independencia un servicio público a los ciudadanos.
Es curioso, pero me parece de un desconocimiento profundo, o al menos de una hipocresía ridícula, acusar a los periodistas ciudadanos de ser capaces de “crear las noticias” ¿No era eso mismo lo que hicieron Pulitzer, Hearst y Scripps para montar sus imperios de papel?
No me voy a repetir en lo relativo a la democratización de la agenda informativa ni a la labor complementaria al periodismo que, tanto estos medios como los blogs, ejercen. Siempre será más fácil culpar de los males de la prensa tradicional a cualquiera, antes que reconocer los propios errores.
En resumen, y para no extenderme demasiado en el asunto, experto en Internet puede que lo sea, pero lo que es de periodismo Keen anda un poco cortito.
Vía Noticiasdot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario