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28 julio 2008

¿Esclavizan las nuevas tecnologías?

A través del blog El mantenido, de Leandro Pérez Miguel, me entero de esta afirmación de mi admirado Javier Marías en un artículo de El País titulado “No poder con el alma”:
« La gente nunca para, en gran medida, porque tiene móvil y ordenador, y esa es la razón por la que yo carezco de lo uno y de lo otro. No estoy dispuesto a que cualquier majadero me interrumpa mis actividades, mis pensamientos o mis musarañas, esté donde esté. No deseo “estar conectado”, ni enterarme de todo en seguida. Nada me resultaría más atroz que estar localizable siempre, o que recibir más llamadas y cartas y publicidad y tonterías de las que ya me llegan a través del teléfono fijo, el fax y el correo ordinario».
La reflexión de Javier me ha traído a la memoria una frase que leí a Juan Varela en un artículo publicado en Público que se titulaba “Hiperconectados con el Iphone” y en el que decía:
“En la era de la sociedad abierta triunfan los sistemas propietarios. Es la gran paradoja de la vida móvil: cuanto más te mueves, más te atas.”
Puede que haya algo de esclavitud en el sometimiento permanente a las nuevas tecnologías, pero también hay algo de aislacionismo en quien reniega permanentemente de ellas.
Teniendo en cuenta que las nueves generaciones serán completamente digitales, permanecer ajenos al fenómeno puede significar la autoexclusión de lo que está ocurriendo en el mundo, sobre todo para quien pretende hacer de la comunicación el eje central de su existencia.
Es cierto que se atisba un mayor poder de control de la actividad individual detrás del ímpetu tecnológico, pero no es menos cierto que las virtudes que tiene minimizan ese riesgo y que la actitud de quienes las utilizan tiene mucho que decir y decidir en este sentido.
Particularmente, reconozco que puede llegar a suponer una especie de “enganche” y que flota un cierto miedo en el ambiente en que los poderes tácitos o algún malintencionado se puedan aprovechar de ello.
Pero a lo que no estoy dispuesto a renunciar jamás es a la infinidad de posibilidades que ofrecen para explorar el mundo a través de miles de puntos de vista distintos.
Y tú ¿crees que es excesiva la esclavitud de las nuevas tecnologías?

1 comentario:

Anónimo dijo...

puedes ser tan libre como libre sea tu cabeza, no depende del aislamiento ni de la conexión, la libertad está en tu mente, es la única cosa que jamás nadie puede someter.... el resto depende de cómo se usa ésa libertad. Eso creo yo, pero, claro, puedo estar muy equivocada. Quien sabe?
un beso y cuída a Jack del calor!