Solidaridad con El Correo

Matar quita la vida, pero no calla la voz, que tiene una suerte de inmortalidad que la hace perpetuarse en las ondas invisibles de los tiempos.
Siempre renegaré de quien mata porque cree que así acallará las voces, aquellas que piensan diferente sobre todo. Esgrimir un arma es de lo más fácil, lo verdaderamente difícil es batirse mediante la palabra. Y sólo quienes no saben ni aceptan esto último son capaces de una barbaridad como intentar callar la palabra mediante la violencia. Por la libertad y la emancipación del verbo ha corrido ya demasiada sangre.
Va siendo hora de que el hombre aprenda de una vez por todas que no existe una herramienta mejor para solucionar nuestras cuitas que los bombardeos masivos de palabras.
Desterremos de la sociedad los totalitarismos que siempre adoptan como primera medida la ley del silencio de la palabra.
Mi solidaridad con los trabajadores de El Correo. Hoy la solidaridad se manifiesta mediante las visitas. No faltes.