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26 junio 2008

Aportando al debate propuesto por Marc Vidal

Como ya reflejé aquí ayer, Marc Vidal expuso en su blog una serie de preguntas sobre el tema “la inteligencia colectiva” para que los lectores aportáramos nuestros puntos de vista al respecto.
Como no podía ser menos, no he podido resistir la tentación de participar en el proyecto y he tratado de aporta mi granito de arena que os dejo aquí.
1.- ¿Al estimular la inteligencia colectiva se está facilitando la aparición de buenas ideas?
Estoy seguro que sí, como en el marketing, donde se utiliza habitualmente como herramienta válida y muy potente las técnicas de brainstorm para generar ideas nuevas a partir de las aportaciones individuales de cada participante. En este caso, al ser Internet global, la potencia se multiplica por “n”, con lo que la aparición de buenas ideas está garantizada de antemano.
2.- ¿Esto sólo es posible en aquellas organizaciones dispuestas a sufrir un cambio estructural?
El cambio, más que estructural o antes que eso, debe ser de concepto. Las organizaciones deben abrir sus puertas, han de hacerse permeables al exterior cuando hasta ahora han estado blindadas. Después habrá que adecuar las estructuras a la nueva conceptualización de la organización.
3.- ¿Mientras el talento global no sea capaz de mostrar empíricamente el beneficio económico se limitará su crecimiento?
Yo creo que la rentabilidad a lo más que llegará es a poner cierto tipo de trabas, pero no a al extremo de limitar su crecimiento. De todas formas, donde hay participación masiva hay negocio y no creo que no se hayan dado cuenta ya de ello quienes son expertos en rentabilizar a la humanidad en cualquiera de sus manifestaciones.
4.- ¿Si colaboro, también contagio?
Para mí esto es fundamental. El contagio es esencial para compartir y extender el conocimiento y se nutre, fundamentalmente, de la participación y la colaboración. Es su motor más activo.
5.- ¿Si comparto mi sabiduría contigo, no estoy perdiendo uno de sus valores fundamentales: la exclusividad?
La finalidad de la sabiduría nunca ha sido el negocio, a pesar de algunos hayan sabido sacar buen provecho de ella. Su motor se ha caracterizado siempre por estar alimentado por combustible altruista, incluso soñador. Al compartir la sabiduría, el conocimiento, se fomenta el orgullo de pertenencia, que siempre tendrá raíces más nobles que el afán de exclusividad.
6.- ¿Estamos generando un caudal nuevo para pensar en equipo?
Me temo que sí, porque estamos creando permanentemente canales de retroalimentación que desembocan en una especie de pensamiento único, consensuado y elaborado entre todos y del cual todos reciben su correspondiente satisfacción.
7.- ¿Sabemos pensar en grupo?
Es difícil asegurarlo. Pero de lo que no hay duda es que estamos en ello. Es una experiencia relativamente nueve y, como tal, requiere de un cierto período de aprendizaje. Sin embargo, soy bastante optimista en lo que se refiere a la consecución del tal objetivo, porque puede ser que el futuro de la humanidad pueda llegar a depender de ello.
¿Os animáis a aportar vuestros puntos de vista?

2 comentarios:

Marc Vidal dijo...

Muchas gracias por tu apoyo. Cada semana iré apuntando nuevas dudas para ir conformando un debate poliédrico y nutritivo. Un abrazo

Gregorio Verdugo dijo...

Es un placer Marc. Participar en debates que merecen la pena y contribuyen a que se construyan cosas en común siempre ha sido mi debilidad.
Un abrazo.