El soldado no había bloqueado su teléfono (ahora está de moda ir a la guerra con teléfono móvil e Ipod) y, en pleno fragor de la batalla en Afganistán, llamó accidentalmente a su casa, en Oregón. La voz de la guerra se instaló en el contestador hasta que la familia regresó y pudo escuchar, sentados cómodamente en el sofá, cómo habla la locura bélica de los hombres.
Este tipo sí que es un corresponsal de guerra.
Podéis leer el artículo completo aquí.
Vía | El País
2 comentarios:
ahí no vale el "mamá tranquila, que estoy bien" que todos hijos deciemos para no inquietar. XD
El Ipod es como una barrera protectora de música amiga, en las trincheras cotidianas del Primer Mundo, lo que no dicen es que para la guerra con bombas igual no sirve...
Un saludo,
consultoracanaria.blogspot.com
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