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17 enero 2008

Por una ley de almas



Hace poco más de un mes, me congratulé en este blog, y creo que tú también te alegrarías por ello, de la aprobación en el Senado de la ley de armas que impide que se vendan armas de fabricación española a países o Estados que no respetan los Derechos Humanos.

Hoy defiendo aquí, y trato de convencerte de ello, la necesidad de la ampliación de la aplicación de dicho concepto a los demás ámbitos de la vida que competen a una sociedad democrática.

El Estado de Derecho se caracteriza porque garantiza el respeto de los derechos humanos en su marco de actuación. Es su seña de identidad, su pabellón más visible desde la lejanía y el paraguas bajo el que nos cobijamos todos los que queremos vivir en paz y en libertad.

Exigir la extensión del mismo rasero a Estados con los que mantenemos otro tipo de relaciones, ya sean políticas, mercantiles o del tipo que sean, no es sino aspirar a universalizar la democracia y su protección de los derechos fundamentales, es decir, aplicar el espíritu intrínseco de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU y apostar con firmeza por la democracia como sistema de convivencia idóneo para la humanidad.

Y debemos comenzar a aplicar ese criterio con especial asepsia en nuestra propia casa, es decir, con aquellas organizaciones que se alimentan del mismo Estado que garantiza la protección de los derechos en sus leyes, pero que en sus fueros internos mantienen actitudes contrarias a que los mismos se hagan efectivos.

La principal de ellas, por la cuantía de las cifras, es la iglesia católica, que gracias a su acuerdo de financiación con el Estado español se nutre de las arcas públicas, y esto no supone impedimento para que sea una organización que no respeta ni los derechos humanos ni su universalidad. Baste decir que de los 103 convenios internacionales sobre derechos humanos, la Santa Sede sólo ha suscrito diez, bastantes menos que países como Cuba, China, Irán o Ruanda.

Comenzando por la marginación ancestral a la que somete a las mujeres y terminando por la discriminación por cuestiones de sexo, religión, opinión política o de cualquier otra índole. No hace falta cultivar una memoria de elefante para rememorar bastantes violaciones en tal sentido en su funcionamiento interno sin esfuerzo. La prueba más evidente de ello es que en la iglesia la verdad religiosa se antepone a los derechos de las personas.

Abogo aquí por que se suspenda dicho trato de privilegio con una organización que alienta ese tipo de carencias, por higiene democrática, ya que el hecho de que un acuerdo así se mantenga es también una clara discriminación hacia otras confesiones que deslegitima a la democracia misma. Una especie de “ley de almas” que termine con sus prebendas ancestrales de una vez y consiga hacerla plantar los pies en el suelo de la verdadera realidad.

Esperemos que nuestros legisladores no tarden en abordar el tema, por el bien de nuestra joven y esperanzadora democracia y extender este tratamiento selectivo a cuantas confesiones y organizaciones no garanticen el respeto a los derechos básicos sobre los que se ha fundamentado la evolución de las sociedades modernas.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

ojala dios de los ateos te oyera.

Anónimo dijo...

Leña a la Iglesia Católica!!!Un beso

Anónimo dijo...

Tema pendiente y de difícil solución.

Pregunta: x q? tengo que darme de baja en un sitio en el que no me dí de alta?.
Espero que algún listo abogado encuentre la fórmula para hacer NULAS todas las inscripciones bautismáles y despues que él que quiera se dé de alta.

NO quiero pertenecer a un club machista,pederasta y antidemocrático.

Además -YO NO CREO EN EL ALMA, NI EN NINGÚN DIOS,NI CASI EN NADA, SOLO EN UNOS POCOS HOMBRES BUENOS SIN ARMAS.

Besos.

Anónimo dijo...

que bonito has jugado con el título del texto y la futura ley deseada!
Sería un éxito para la humanidad y justa recompensa para los que creemos en el amor.
un beso, te felicito por la valentía de tus denuncias

Anónimo dijo...

Hola,

Sinsol haztelo tu misma, http://www.apostasia.es/

Me temo que todavía tendrán que pasar algunas generaciones para que se den la mayorías de las cosas que Jack comenta, la supremacía de la estupidez y sobre todo la del miedo aún esta vigente.


Un saludo.

Anónimo dijo...

J:
Eso ya lo sé evidentemente.
Pero es pasar por el aro y es como reconocer que en su momento aceptastesla pertenencia a ese club, por eso creo que sería importante hacerlo jurídicamente nulo por minoría de edad. Pero por ahora la única solución es la que tu apuntas.

Sobre la espupidez humana, creo que lamentablemente será tan eterna como la humanidad misma.

un beso

Gregorio Verdugo dijo...

Ya sé que es complicado, que la apatía general de la dente hace que ellos se aprovechen de la situación, pero, tal y como se están poniendo las cosas, algún día no muy lejano tendremos que plantearnos la posibilidad de tomarnos las molestians que sean necesarias. Yo llevo dándole vueltas un tiempo al asunto.

Anónimo dijo...

Sinsol: puede que tu no lo aceptaras, pero tus progenitores si lo hicieron, y seguro que nadie les puso un arma en la cabeza. Así que deberías pedir más explicaciones a ellos que a la Iglesia. No veo mucho sentido a tu rabieta.
Lo que luego hacen con la apostasia es similar a lo que hace Telefónica de España cuando quieres dar de baja una linea, o como otras agrupaciones mafiosas.

Me gusta tu idealismo, Jack, pero estoy casi seguro de que no será así. De las generaciones del miedo y de la ignorancia hemos pasado a otras con mas "libertades", muchos más objetos, posibilidades, pero mucho menos tiempo y ganas. Más derrotistas en ese sentido, más duros por fuera, pero blandos o incluso vacíos por dentro.
Yo al menos a veces me siento así, un gigante con pies de barro y entrañas de papel.

Pensar si ésto es bueno, malo, peor o mejor, o ahondar en las causas y los porqués, como diría Miyamoto Mushashi: se ha de meditar profundamente sobre ello.

Es fácil "unirse a carros" y repetir tópicos y ejercer el "haz_lo_que_digo_no_lo_que_hago".

Un saludo a todos.

JP dijo...

Que Institución !!
La Iglesia Católica .
En plena Dictadura en Argentina , con 30.000 desaparecidos , estos señores sabían muy bien lo que estaba pasando .
Es muy grato caminar por la calle y pasar por una Iglesia y escuchar altavoces para que las Misas las escuche alguien porque dentro no hay nadie.
Y sería muy sano para las Democracias que la Iglesia Católica se presentara a elecciones sola como Candidata y no como parásito de otras fuerzas políticas .
Son tan listos que en cada País se pegan como parásitos.
Me gustaría verlos solos a ver cuantos votos saca don Mister Ratzinger.
Saludos

Anónimo dijo...

Moríos de envidia...Yo no estoy ni bautizada!Ole mis padres!!!

Un besote