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12 diciembre 2007

Periodismo


Durante muchos años he contemplado a la gente soportar la presión del poder mediático sobre la vida cotidiana, lo que se dio en denominar el cuarto poder, su selección personalizada y exclusiva de lo que era o no conveniente que la ciudadanía supiera. Se sobrevive con la información filtrada de manera permanente por los consejos editoriales, atendiendo casi siempre a intereses que nada tienen que ver, a veces incluso opuestos, con la libertad de expresión y de información.

Conozco a muchas personas que despotrican de los medios tradicionales, ya sea prensa, radio o televisión, por el tratamiento inadecuado, sesgado y poco objetivo del hecho informativo en sí. Desde sindicalistas, cuyas posturas y actitudes de cara a conseguir mejoras en las condiciones laborales se ven masacradas de manera sistemática por las líneas editoriales, algunas veces sin otra razón que la inversión millonaria en publicidad que la empresa en cuestión suele hacer habitualmente en dicho medio y que es de vital importancia para la supervivencia del mismo, hasta simples aficionados de equipos de fútbol, que ven vituperados sus colores en las apariciones mediáticas por el hecho de no ser el “equipo oficial”, es decir, el que mayor audiencia proporciona en número de hinchas dentro del territorio en cuestión.

Está más que demostrado que las noticias con las que desayunamos cada mañana en los medios informativos tradicionales sufren de alguna manera los efectos recalcitrantes de una cadena de filtros restrictivos antes de llegar a nuestros ojos. Sin embargo, desde que se popularizó la red, se está implantando una forma de publicar noticias que nada tiene que ver con esto, en las que las páginas web independientes y los bloggers tienen un papel altamente relevante.

Yo soy blogger, o al menos lo intento, y en mi blog publico lo que quiero sin que nadie tenga que prejuzgarlo con anterioridad, me limito a someterlo a vuestro juicio, porque doy por sentado de antemano que mis lectores saben mucho más que yo. Creo con firmeza en la comunicación participativa, que fomenta y valora la conversación y colaboración mutua más que la rentabilidad económica del medio. Si no fuera así, decidme, qué medio tradicional os haría llegar los artículos que escribe un indigente sin nombre, cuyo único objetivo es conseguir una botella de Jack Daniel’s con la que saciar la sequía del día a día. Ninguno, a no ser que le fuera una elevada suma de dinero en ello.

Creo en esto que hago, creo que es una de las mejores maneras que conozco para poder crear juntos, en colectividad. En mi realidad, las noticias que se producen rara vez interesan a la prensa tradicional, a no ser que se empañen en sangre –eso siempre vende-, es una dimensión sin luz ni taquígrafos y, como tal, no está en el mundo.

Pero este cacharro negro y quejumbroso me ofrece la posibilidad de ponerme en contacto con cientos de seres también anónimos, como tú mismo, sin nadie que filtre lo que me tengas que contar, lo que quiero escuchar de ti, tu verdad.

Por que tú eres también la fuente, no tienes por qué limitarte a ser el receptor de la noticia, puedes producirla y elaborarla, conmigo, con muchos otros como tú. Es una oportunidad única que tenemos, no la desaprovechemos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Leo y comento en muy pocos blogs, pero hay una cosa que me gusta en los que comento y es poder decir las cosas sin intermediarios. La libertad es algo que quien la perdió alguna vez y la vuelve a encontrar la considera el mejor patrimonio que uno posee.
No pierdas de vista a ese indigente...vale su peso en oro!

Anónimo dijo...

Entro por primera vez hoy en tu blog,Jack,como he dejado escrito en tu post inicial,voy a ir despacito descubriendote...
Un sopresa tu blog.
Un placer que defiendas la libertad...

Clodovico dijo...

A mi el movimiento blog me encanta y aunque todavia no tengamos mucha presencia en la sociedad ya hay casos de blogeros que se han hecho muy famosos y admirados :)