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26 diciembre 2007

Cuando la religión se hace Estado


Uno de los mayores problemas de la población musulmana inmigrante es, sin duda alguna, la integración en el país de acogida, donde el capítulo religioso juega un papel primordial, comportándose la mayoría de las veces como un motivo de exclusión social. A los occidentales nos cuesta entender que las realidades nacionales de las que provienen son muy diferentes a la nuestra, no sólo en la concepción religiosa de la vida, sino en lo socioeconómico y en lo político también.

De los mil cuatrocientos millones de personas que conforman el mundo islámico, el 81% vive en 57 países de mayoría musulmana, de los cuales sólo cinco están reconocidos domo “Países libres” por la Freedom House. La suma del PIB de estos 57 países es menor que el de Francia. Algo más del 47% de la población musulmana es analfabeta y no puede ni leer ni escribir, porque jamás han asistido a una escuela. La solución a este tipo de problemas no radica en la religión, como pretenden los fundamentalistas, sino en la aplicación de las diferentes ciencias que puedan encontrar la solución adecuada. Estas sociedades serían hoy diferentes si se hubieran introducido en su momento elementos de modernización económica y política, ya que, en este caldo de cultivo, no es de extrañar que la religión acabe por impregnar todos los aspectos de la vida.

Para un musulmán, el ser religioso no implica lo mismo que en los países occidentales. Es una virtud, como lo era hace un siglo la religión en Europa. Los países musulmanes están igual que los europeos antes de la Revolución Francesa, no se ha producido la división entre la religión y el Estado. La religión forma parte indisoluble de la estructura de la nación, porque no existe la noción de sociedad laica o civil. De hecho, el islamismo político ha crecido allí donde ha fracasado el Estado, es decir, en lo social, en lo económico, en lo religioso y hasta en el terreno de las ilusiones.

La sociedad occidental suele considerar al Islam una sola cosa, cuando lo cierto es que estamos hablando de una realidad múltiple, variada y enormemente plural. Difícilmente seremos capaces de desenredar esta complicada madeja si no comprendemos que el Islam es una fuerza dinámica, como lo ha sido el cristianismo a lo largo de la historia, y que su evolución depende también de las condiciones socioeconómicas y políticas en las que se desenvuelve. Resulta cuando menos sospechoso, la creciente tendencia por parte de algunos Estados o regímenes casi totalitarios a usar el terrorismo islamista como cortina de humo tras la que ocultar lo que en la práctica no es más que una feroz represión política contra sus opositores.

Será pues la plena integración en la vida democrática de los países de acogida, el poder practicar libremente la religión que confesan y vivir sus tradiciones con la misma normalidad que cualquier otro ciudadano, sin que por ello te conviertas en un marginado, la piedra de toque que determinará a la larga si el Islam es una creencia religiosa compatible con un Estado de Derecho laico y con una sociedad civil participativa.

7 comentarios:

Gregorio Verdugo dijo...

Feliz última semana del año a tod@s.

Aurora dijo...

He encontrado el blog que siempre he andado buscando. Si lees algunos de mis textos siempre encontrarás la esencia "Jack Daniel's" y notarás esa tristeza convertida en una realidad borrosa percibida a través de un cristal roñoso.

Me paso para saludarte, para desearte unas felices fiestas y para decirte que te seguiré leyendo, que te seguiré bebiendo...

Saludos, www.realismosucio.com

Anónimo dijo...

Una prueba interesante sería tambien saber si en un país islamista puedes ejercer tu derecho a profesar públicamente otra religión, o mejor aun: poder profesar tu repulsión por una creencia nefasta como es el Islam sin que te ejecuten.

Tratar a los del ojo por ojo y las ablaciones como a tu primo, o a tu vecino puede dejarte la sensación de que estás haciendo el imbécil.

Gregorio Verdugo dijo...

J, cuando una sociedad se estanca, lo hace en todos los aspectos de la vida. Probablemente allí tengas esos problemas y muchos otros más. De hecho, existen graves problemas con la libertad de expresión y de prensa en países musulmanes, y no islamistas, que también, y éso sólo pone de manifiesto lo que aquí tratamos: la religión siempre ha sido un recurso utilizado para tapar carencias, allí donde no llega el hombre soluciona la religión. Creo en la extensión de los derechos y las libertades, puede ser un camino para empezar a encontrar soluciones.
Un saludo.

Anónimo dijo...

He decidido abrir un nuevo blog después de un año completo sin escribir apenas nada valioso y cuantioso. Si deseas pasarte entre mis letras para pasar un rato agradable, aquí tienes la dirección: http://ladrondeversos.blogspot.com/Aprovecho para felicitarte en éstas fechas las navidades y un prospero año nuevo. Cuídate mucho y sé feliz. Qué los reyes magos te traigan mucha creatividad para éste largo año que se avecina. Muakss. http://ladrondeversos.blogspot.com/

Anónimo dijo...

No falta verdad en lo que dices, pero a título personal estoy demasiado cansado ya como para tender la mano a alguien que la arrancaría a hachazos por decir un par de frases que no le agradan.
El odio genera odio, y yo no estoy ya para romper círculos. Se lo dejaré a esos sabios que administran el treintaytantos por ciento de mi sueldo.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Vaya, hasta aquí ha llegado el tipejo éste.
No entiendo ese ansia por mostrar su deformidad mental y física al mayor número de personas posible. Debe tratarse de algún tipo de aberración.