cabecera_tipográfica_trans

13 noviembre 2009

Libertad para los activistas detenidos en Marruecos


Durante el mes de octubre pasado, las autoridades marroquíes detuvieron a ocho personas por “haber cruzado la línea roja” de los asuntos de la monarquía y de la situación del Sáhara Occidental, ambos temas tabúes en aquel país. Son a todas luces presos de conciencia que han sido represaliados por ejercer la libertad de expresión de manera pacífica. Como ocurre en todos los totalitarismos, y en algunos otros sitios que no lo son tanto, la premisa ante el escándalo es siempre matar al mensajero.
Los ocho detenidos en octubre fueron Ahmed Alnasiri, Brahim Dahane, Yahdih Ettarouzi, Saleh Labihi, Dakja Lashgar, Rachid Sghir y Ali Salem Tamek. Los detuvieron a su regreso de Argelia, tras visitar los campamentos dirigidos por el Frente Polisario en Tinduf. Todos ellos son miembros de reconicidas organizaciones de derechos humanos y activistas de la sociedad civil. Un pecado imperdonable en aquellos lugares donde impera la ley de los libros sagrados en vez de la de la razón de los hombres.
Ahora se enfrenta en un tribunal militar a varios cargos relacionados con el menoscabo de la seguridad interior y exterior del Estado, entre los que se incluyen “ataques contra su integridad territorial” y a la amenaza de una posible condena a muerte. Ya se sabe que no hay nada más peligroso para la integridad de las fronteras que el ataque de las ideas libremente expresadas.
En Amnistía Internacional sospechan, no sin razón, que tales cargos se deben más a las actividades de los detenidos en favor de la libre determinación del pueblo saharaui, asunto que las autoridades marroquíes están catalogando como de seguridad nacional porque cuestiona la integridad territorial de Marruecos.
Uno de los detenidos,
Idriss Chahtane
, es director de la publicación semanal Almichaal y fue apresado el 15 de octubre tras publicar un artículo sobre la salud del rey Mohamed VI. Fue declarado culpable de difundir información falsa con “intención maliciosa” en dicho artículo y un tribunal ordenó su prisión inmediata, a pesar de encontrarse recurrido el fallo.
La situación de Idriss Chahtane en prisión no es nada halagüeña. Se encuentra en régimen de aislamiento y obligado a dormir en el suelo con unas mantas como único colchón. No le permiten pasar el mismo tiempo al aire libre que a los demás reclusos y, al menos en una ocasión, no le permitieron que le llevaran alimentos. Por todo ello ha iniciado una huelga de hambre hace tres días.
Amnistía Internacional esta llevando a cabo una recogida de firmas para exigir a las autoridades marroquíes la inmediata liberación de estos ochos presos de conciencia. Tal vez las razones que aquí se han expuesto te animen a participar.



No hay comentarios: