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27 noviembre 2008

Juan Cruz y la bomba de tiempo de Internet


Cada cierto tiempo aparece un resabiado que se despacha a su gusto y pone a Internet -cuando no al periodismo digital y los blogs directamente- a parir, acusándolo de ser el origen de todos los males habidos y por haber que padece el periodismo en la actualidad.

Generalmente el tal gurú suele estar vinculado al periodismo tradicional y muestra síntomas evidentes de inadaptación –o quizás de miedo ancestral- a lo que representa la adecuación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) al mundo del periodismo.

Últimamente el acendrado papel de defensor a ultranza del mundo antiguo lo ha venido asumiendo con demasiada asiduidad mi estimado y admirado Juan Cruz, quien ha aparecido con inusitada frecuencia en los medios enarbolando furibundos ataques a la red y a lo que la red representa.

La más reciente diatriba lanzada por este comunicador contra la red de redes se ha producido durante una entrevista concedida al periódico argentino La Nación, con motivo de la presentación de su libro "Muchas veces me pediste que te contara esos años”.

Por lo que parece, crear polémica debe vender bastante, sobre todo si se trata de una polémica absurda en sí misma. Y, tal vez por ese motivo, Cruz ha despotricado de nuevo contra la red realizando afirmaciones como que “Internet lleva dentro TNT, una bomba de tiempo” o que “por Internet han entrado las descalificaciones, las calumnias, los rumores. Es un espectáculo tremendo al que los periodistas debemos poner orden. Porque el desorden es bestial”.

Yo no sé si efectuar tales declaraciones incrementa espectacularmente la venta de libros o si esconden ese miedo atávico que últimamente se vislumbra con demasiada frecuencia en aquellos periodistas con dificultades para adaptarse a los nuevos tiempos.

Lo cierto es que las perogrulladas de Cruz no se sostienen por sí mismas, ya que quien quiera diagnosticar con acierto los males del periodismo tradicional tendrá que analizar por fuerza el cuerpo enfermo y no tratar de justificar la desgracia mediante agentes externos que poco o nada tienen que ver.

Malas prácticas profesionales las hay también en el periodismo impreso de toda la vida, incluso se enseñan en las facultades de comunicación con ejemplos antológicos. Y tratar a todos los que utilizan Internet para informar con el mismo rasero es una muestra tanto de irresponsabilidad como de ignorancia manifiesta.

Lo que más me preocupa con este tipo de declaraciones rimbombantes es que jamás aluden a los lectores, la causa primigenia de la crisis de los medios. Nada dicen del abandono progresivo de los lectores de los medios tradicionales, ni de sus causas. Se ve que no interesa demasiado.

Quiero exponer aquí un ejemplo acaecido en este humilde blog que tal vez arroje un poco de luz sobre la tenebrosidad de las sombras que tanto asustan a Juan Cruz.

El otro día publique un post sobre los incidentes ocurridos en Transportes Urbanos de Sevilla (TUSSAM) con motivo del suicidio del conductor expedientado José Luis Alonso. El post, como se puede apreciar al pie del mismo, se publicó a las 5:25 horas. Durante toda la mañana, Sevilla se encontraba casi sin autobuses urbanos, la gente amontonada en las paradas y sin información alguna al respecto y preguntándose qué estaba ocurriendo.

Los primeros medios en hacerse eco de la noticia fueron las ediciones digitales de los periódicos bien avanzado el mediodía, y la información que publicaban era bastante imprecisa, cuando no intoxicada. Todo ello provocado por la política informativa que adoptó desde el primer momento la dirección de la empresa, sesgando intencionadamente la información sobre lo que estaba ocurriendo y ocultando interesadamente la verdad.

Tan es así, que las azafatas que atienden los diferentes puntos de información que TUSSAM tiene distribuidos a lo largo de la ciudad, y que no son empleadas de la empresa, al día siguiente intercambiaron correos electrónicos comentando lo sucedido el día anterior en los que se podían leer frases como la que reproduzco aquí literalmente:

 

“…ya no sabíamos qué contestar, lo peor de esto, es que las que ponemos las caras somos nosotras y nos tratan como si fuésemos las culpables de lo ocurrido, nos involucran de tal manera que te sientes impotente, la verdad es que fue una pasada y a todo esto sin poder nombrar el chaval que se había suicidado, teníamos que ser diplomáticas y decir lo que nos había dicho XXX de los sindicatos…”

 

Las visitas a este blog, que rara vez pasan del centenar, se multiplicaron por seis esa misma mañana. La gente tenía necesidad de saber lo que ocurría y los medios, con su postura alineada con la versión del poder, no eran capaces de satisfacerla. Yo me dediqué a contar el otro lado de la noticia, la que veían mis propios ojos y la que me contaban sin intermediadores los protagonistas directos de los hechos. Los lectores me lo agradecieron con su presencia y esa fue mi mejor recompensa.

No sé si lo que hice aquel día fue o no periodismo, tampoco me preocupa demasiado. Intenté contar lo mejor que supe lo iba acaeciendo y trabajé como un burro durante todo el día, manejando información de primera mano y tan contrastada como que era lo que mis propios ojos iban viendo. Si causó algún mal al periodismo tradicional, sería por las propias carencias del mismo y no por el trabajo que realicé.

De todas formas, quizás tú tengas un punto de vista diferente que, por supuesto a mí me interesa conocer.

Imagen: Estancia Cubana

3 comentarios:

macias.garcia.daniel@gmail.com dijo...

Creo que este señor busca polémica para promocionarse, algo que está muy de moda ultimamente (solo hay que escribir en Google Pilar Urbano etc.) Sin embargo no creo que sus declaraciones puedan hacer el más minimo daño a nadie ya que se me representa a un niño que en una pataleta lanza piedras contra un enorme muro de ladrillo.

Con respecto a tus entradas sobre los hechos en Tussam, agradecerte tanto la manera de informar como la prontitud, desconociendo por completo el tema, no tuve que navegar por muchas otras páginas para comprender lo que estaba sucediendo.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Cuanto menos ofensivos, es el calificativo que daría yo a esos medios de comunicación,(nunca mejor dicho lo de medios, difícilmente podrán llegar a ser enteros o íntegros) que se mantienen como altavoces del discurso del poder, además se permiten el lujo de hacer interpretaciones de los hechos absolutamente parciales, ponen en duda no solo los motivos sino que también las razones y los objetivos, tergiversan la verdad y son tan arrogantes que se permiten juzgar y sentenciar todo lo que le viene en gana desde la mas absoluta impunidad, hay algunos de est@s “medioperiodistas” que dicen saber leer lo que los trabajadores sentimos en nuestros corazones, y asegura que carecemos de sensibilidad para entender los intereses verdaderos de los ciudadanos, nos acusan a los trabajadores de tomar rehenes para conseguir nuestros objetivos y así se suceden una larga lista de improperios de insultos y amenazas. Yo me he preguntado en ocasiones, ¿Ante tal actitud, que podemos hacer? ¿Cómo podemos luchar contra esta lacra?, ¿Cómo conseguir que sean mas profesionales, mas ecuánimes, mas honrados? ¿Tendremos que hacer una huelga para reivindicar una prensa, una radio y una televisión libre de verdad, donde los profesionales sean elegidos democráticamente, donde fluya la información veraz, donde los grupos de presión no puedan meter sus zarpas para manipular? A día de hoy lo que si tengo claro es que de esta gente no podemos esperar nada bueno, por tanto mi mayor desconfianza desde mi mayor desprecio para ellos, creo que con eso ya van bien apañaos, al menos de momento. Todo lo anterior no difiere en nada con los mercenarios de los directivos y políticos, son íntimos, unos y otros, los tres, instigadores todos, con el objetivo de crear estado de opinión en la sociedad para acallar y fulminar los derechos, las libertades y las reivindicaciones de los trabajadores de tussam, que en ningún caso y bajo ningún concepto somos presos que estemos cumpliendo ninguna condena porque no hemos cometido ningún delito, y sí, nos sentimos rehenes de los medios, de los políticos y directivos, que quieren azuzarnos contra los usuarios o a ellos contra nosotros, en definitiva lo que buscan es el descrédito y el enfrentamiento entre los débiles como siempre. La virtud, como el arte, se consagra constantemente a lo que es difícil de hacer, y cuanto más dura es la tarea, más brillante es el éxito. Salud compañero.

Gregorio Verdugo dijo...

Daniel, yo creo lo mismo. La polémica vende, ya se sabe. En cuanto a la información sobre Tussam, te agradezco tus palabras. Lo he hecho lo más honestamente que he sabido y con eso me conformo.
Enrique, qué te puedo decir: genio y figura. Me parece que los periodistas se deben dedicar a hacer periodismo de verdad, buscando todos los lados de los hechos y dejando quye ellos hablen por sí sólos. No importa que se interprete cuando se haga desde la honestidad. Al fin y al cabo todos somos humanos. Pero lo que no entiendo es el sesgo calculado y con unos objetivos concretos. Con razón el público les está dando poco a poco de lado. Siento nostalgia de aquellos tiempos en que los periodistas soñaban con cambiar el mundo. Ahora parece que se han convertido de la noche a la mañana en los celadores más perseverantes de que el mundo no cambie jamás. Yo no estoy en ese carro y espero no estarlo nunca.
Un abrazo a ambos.