La carrera de obstáculos para ganar Sevilla

“Izquierda Unida está lastrando el vuelo de las plataformas ciudadanas de Ganemos”. Es una afirmación de Juan Carlos Monedero en declaraciones a la Cadena Ser y se refería al comportamiento de la federación de izquierdas en la comunidad andaluza. Además matizó que “no hay entusiasmo en Podemos Andalucía respecto a los guiños de IU”, porque “gran parte de la gente que apoya a Podemos no entiende qué hace IU siendo sostén de uno de los partidos de la casta”. Otras voces de la formación política, como la eurodiputada Teresa Rodríguez, también se habían manifestado ya en ese mismo sentido y exigían la ruptura del pacto de gobierno andaluz antes de cualquier acercamiento con IU. 

Por muchas ampollas que dichas manifestaciones hayan levantado entre los dirigentes autonómicos de IU y también en su socio de gobierno en la Junta de Andalucía, el PSOE, en sí mismas no suponen nada nuevo. Las reticencias de buena parte de los integrantes de Podemos en Andalucía hacia un entendimiento con la formación liderada por Antonio Maillo vienen de lejos. En Sevilla capital en concreto, desde que se conoció el lanzamiento de la plataforma Ganemos Sevilla.

En aquella asamblea celebrada bajo un calor asfixiante en los locales de La Casa Ensamblá del número 14 de la calle Clavellinas fueron varios los integrantes de Podemos que se encontraban entre los asistentes y manifestaron su disconformidad con la iniciativa. 

José Ignacio Aguilar la tildó de “prematura” y matizó que su aprobación era “truncar el apoyo a Podemos Sevilla”. Además aseguró que estaba convencido de que su formación política “no apoya una iniciativa como Ganemos Sevilla”. José Luis de los Santos, por su parte, incidió en el mismo sentido en la crítica y defendió que la puesta en marcha de la iniciativa “puede restar”, porque los tres círculos de Sevilla Este ya habían decidido “no confluir” y defendió que era necesario “no crear desconfianza”.

Desde entonces hasta ahora, el rechazo de buena parte de los integrantes de Podemos Sevilla hacia la iniciativa ciudadana sevillana ha sido más que notorio. Más bien ha ido creciendo. Pocos días antes de que se celebrase la Asamblea Ciudadana Sí se Puede en Madrid, los miembros de diferentes círculos de la ciudad ya manifestaron que no sentían Ganemos Sevilla “como algo suyo”. 

Las reticencias con el tiempo no se habían disipado y buena parte de ellas se centraban en la participación de Izquierda Unida en el proceso. Tanto Izquierda Abierta como IU Sevilla ya habían hecho pública su intención de integrarse en la plataforma. Sin embargo, eso no ha impedido que de nuevo la formación política se haya desmarcado de la construcción de Ganemos Sevilla hace pocos días y que su forma de participación en las próximas elecciones municipales en la capital hispalense sea todavía una incógnita.

La clave de este distanciamiento no sólo tiene fundamentos políticos, como la permanencia o no de IU como integrante del Gobierno de Andalucía. La jugada de Pablo Iglesias en el Suresnes madrileño del mes pasado al imposibilitar el acceso de Izquierda Anticapitalista a los órganos de dirección de la nueva formación política habla por sí sola. 

Las maniobras que ha efectuado la federación de izquierdas para intentar influir en Ganemos Sevilla no han pasado desapercibidas para los militantes de Podemos Sevilla. Muchos de ellos piensan que es un intento desesperado por sobrevivir tras el tsunami que ha provocado la irrupción de su formación y desconfían. Y eso que Antonio Maillo, el coordinador regional, ha anunciado su disposición a renunciar a ser el candidato de IU en las autonómicas. 

Hay movimientos que resultan sorprendentes y desatan suspicacias a los ojos de los integrantes de Podemos. El hecho de que se postulen candidatos para liderar una plataforma ciudadana que todavía no dispone ni de modelo organizativo ni programa político es una de ellas. José Chamizo, ex Defensor del Pueblo Andaluz durante 17 años y figura muy cercana a la federación de izquierdas, ya lo ha hecho. 

A ello hay que sumarle que destacados dirigentes IU-Andalucía con cargos institucionales ya han mostrado su apoyo a que Antonio Maillo lidere la candidatura de “la izquierda alternativa” a la presidencia de la Junta en las próximas elecciones autonómicas. Diego Valderas, vicepresidente del Gobierno autonómico, o Elena Cortés, consejera de Fomento y Vivienda, son algunos ejemplos. 

Para más inri, las últimas declaraciones de Valderas al respecto, además de un brindis al sol, no ayudan a que se produzcan esos gestos que reclaman desde la formación liderada por Pablo Iglesias. Hablar de incremento de distancia en el “espacio programático” y de que “Podemos ha aparcado la lucha entre capital y trabajo en un intento de reunir transversalidad”, cuando se está sustentando un gobierno que no duda en aplicar recortes y sustentar a un partido que está salpicado hasta las trancas por la corrupción es cuanto menos sorprendente. Algo saben de ello las diferentes mareas andaluzas.

Mientras que en otros lugares, como Madrid, Izquierda Unida trata de esmerarse en recoger y canalizar la herencia del movimiento 15M y aplacar las voces que tratan de vincularla con “la casta”, los dirigentes andaluces parecen empeñados en influenciar en las plataformas Ganemos sin renunciar por ello a la opción de poder que están ejerciendo. Algo que choca bastante en las bases de Podemos, que lo ven algo así como querer “estar en misa y repicando”.

Muchos de ellos piensan que el intento de IU de mimetizarse en las candidaturas ciudadanas viene provocado precisamente por la espectacular irrupción de Podemos en el escenario político y por la sangría de militantes y de votos que les está causando. El aparente paso atrás de la vieja guardia lo perciben como un intento a la desesperada de influenciar de forma decisiva en la confluencia de las organizaciones que comparten el espectro de la izquierda.

Podemos ya se ha dotado a nivel nacional de un modelo organizativo y un código ético claros y contundentes. A pesar de que hay muchos puntos en común, ambos mantienen diferencias sustanciales y muy de fondo con los que hasta ahora ha venido utilizando Ganemos Sevilla. Además basta con ir a cualquier asamblea de ambas formaciones para comprobar que las diferencias de funcionamiento son más que notorias. 

Muchos integrantes de Podemos ya lo han hecho público de forma reiterada, no les gusta el engranaje de la plataforma ciudadana sevillana y no están dispuestos a tolerar que se traspasen las líneas rojas que establece su formación política. Quedan algo más de seis meses para las municipales y además está por elaborar el programa ciudadano. Demasiados obstáculos tal vez para tan corto trayecto.