Latif Hasani es un activista de los derechos
humanos perteneciente a la minoría azerbaiyana de Irán que cumple una condena
de nueve años de prisión. Latif está en huelga de hambre desde el 18 de mayo
como protesta por el trato que reciben los presos políticos en su país.
Ese día, Latif se declaró en huelga de hambre
"húmeda" —tomar agua, pero no alimentos— como protesta por el trato
que reciben los presos políticos en Irán y por el rechazo de su solicitud de
traslado de la prisión central de Tabriz, en el noroeste de Irán, a otra más
próxima a la localidad donde vive su familia, Karaj, al noroeste de Teherán.
Diez días más tarde fue
trasladado a la prisión de Evin, en Teherán, y poco después, a la de Raja’i
Shahr, en Karaj, donde se halla recluido en la actualidad, en un ala en la que
hay también delincuentes violentos.
Latif ha dicho que continuará
en huelga de hambre hasta que lo trasladen al ala de presos políticos. Está mal
de salud a causa de la huelga, que posiblemente haya exacerbado dolencias que
ya tenía, como arritmias —para las que toma medicación—, hipotensión severa y
dolores de estómago.
Él y cuatro hombres más fueron detenidos entre
enero y marzo de 2013. Mahmoud Fazli, Behboud Gholizadeh, Shahram Radmehr, Ayat
Mehr-Ali Beyglou y Latif Hasani, todos ellos azerbaiyanos y miembros del
Consejo Central de Yeni Gamoh, organización radicada en Irán que defiende los
derechos políticos y culturales azerbaiyanos (túrquicos), fueron condenados a
nueve años de prisión en abril de 2013.
Tras su detención, los cinco
estuvieron recluidos en régimen de incomunicación y fueron trasladados luego a
la prisión central de Tabriz. No se les permitió comunicarse con un abogado
hasta una semana antes del juicio. Un familiar de uno de los cinco contó que
habían sido torturados o sometidos a otros malos tratos bajo custodia del
Ministerio de Información.
El 29 de abril de 2013, la Sección 3 del
Tribunal Revolucionario de Tabriz los condenó a ocho años de prisión por
"formar un grupo ilegal [Yeni Gamoh] con intención de dañar la seguridad
nacional" y a un año más por "difundir propaganda contra el
sistema", es decir, a nueve años en total a cada uno.
Ayat Mehr-Ali Beyglou había
estado ya en huelga de hambre anteriormente, del 15 de abril al 21 de mayo de
2014, como protesta por el trato dispensado a los presos políticos, incluidos
la negativa a concederles permisos carcelarios y el hostigamiento a sus
familiares.
Puso fin a la huelga tras acceder las autoridades penitenciarias a
trasladarlo de la prisión central de Tabriz a otra más próxima a su casa, en
Sofian, localidad situada al norte Tabriz, en el noroeste de Irán. Shahram
Radmehr sufre dolores de estómago, cálculos renales y dolor de rodilla, por lo
que le cuesta sentarse y caminar.
Los cinco se declararon en huelga de hambre el
12 de julio de 2013 para protestar por sus condenas de nueve años, que el
Tribunal de Apelación había confirmado el mes anterior, concretamente el 13 de
junio de 2013.
Las autoridades
penitenciarias los trasladaron a todos a la prisión de Raja’i Shahr el 25 de
julio de 2013, posiblemente como represalia por su huelga de hambre. Tres días
después, el 28 de julio, trasladaron a Shahram Radmehr y a Mahmoud Fazli al
centro médico de la prisión de Raja’I Shahr, por haberse agravado su estado de
salud como consecuencia de la huelga de hambre. Los otros tres fueron
trasladados de nuevo a la prisión central de Tabriz tres meses después, en octubre
de 2013.
Latif Hasani, Shahram Radmehr y Ayat Mehr-Ali
Beyglou habían sido detenidos ya anteriormente, en mayo de 2010, y llevados a
la prisión central de Tabriz. Los dos primeros pasaron siete meses recluidos en
régimen de aislamiento, cuando aseguran que sufrieron tortura u otros malos
tratos.
Durante uno de los muchos
interrogatorios a los que fue sometido por el Ministerio de Información,
Shahram Radmehr perdió el conocimiento y pasó al menos tres días en un hospital
administrado por la Guardia Revolucionaria fuera de la prisión.
Los azerbaiyanos iraníes, que constituyen la
mayor minoría de Irán, hablan una lengua túrquica y son en su mayoría
musulmanes chiíes. Viven principalmente en el norte y el noroeste del país y en
Teherán.
Aunque están en general bien
integrados en la sociedad iraní, en los últimos años miembros de su comunidad
han venido reivindicando cada vez más derechos culturales y lingüísticos,
incluido el derecho a la educación en turco azerbaiyano, que no está reconocido
como lengua oficial en Irán. Las autoridades iraníes ven con recelo a quienes
intentan promover la identidad cultural y los derechos lingüísticos
azerbaiyanos.
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