Ravindra
Krishna Pillai, trabajador migrante de Sri Lanka, fue ejecutado por
fusilamiento en la prisión central de Sharjah, en el emirato septentrional de
Sharjah, ayer 21 de enero a las seis de la mañana. Lo habían trasladado la
víspera a una celda de aislamiento, y los guardias de la prisión le habían
dicho que debía llamar a su familia para que fueran a ver la ejecución y a
despedirse.
No
se permitió a su hermana ni a un cura que entraran en la prisión con tal fin.
Sí les dejaron pasar más tarde para ver el cadáver. La hermana está intentando
recaudar los fondos necesarios para enviar el cadáver a Sri Lanka por avión, pues
él quería ser enterrado allí.
Ravindra
Krishna había
sido declarado culpable de homicidio intencional en un juicio injusto,
en el que no tuvo acceso a su abogado de oficio.
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