Integrante de la corrala se encadena a la verja del Parlamento
de Andalucía durante la manifestación de ayer.
¿Qué hubiera ocurrido si la ocupación del edificio de San Lázaro por parte de las familias integrantes dela Corrala la Utopía con la ayuda del Movimiento 15M se hubiese producido en mitad de una campaña electoral en la que Juan Ignacio Zoido aspirase a la alcaldía de Sevilla?
de Andalucía durante la manifestación de ayer.
¿Qué hubiera ocurrido si la ocupación del edificio de San Lázaro por parte de las familias integrantes de
Probablemente, Zoido hubiera acudido al lugar con toda celeridad a hacerse la foto de rigor y a prometer que todo se arreglaría cuando él fuese Alcalde. El problema es que no estamos en campaña electoral y que Zoido es el alcalde plenipotenciario de la ciudad desde hace justamente un año.
“La crisis prolongada en el tiempo ha tenido, sin duda, una especial incidencia en los niños con situación de riesgo y que ven la cara de la pobreza”. Lo dijo Zoido ayer, durante la presentación del Plan para proteger a la infancia que ha puesto en marcha el Ayuntamiento y que está dotado con un fondo de 1,5 millones de euros.
Algo loable, sin duda, pero que entra en radical contradicción con el hecho de que precisamente ayer se cortó el suministro de agua, bien universal e imprescindible gestionado en la ciudad por Emasesa, al edificio ocupado en San Lázaro, donde se sabe a ciencia cierta que vive un indeterminado número de niños junto a sus padres.
La excusa esgrimida por la empresa municipal de acogerse a la ley y de no infringir el principio de igualdad entre los usuarios, recogido en el Reglamento de suministro Domiciliario de Agua, además de cómica es de lo más patético que se ha escuchado en los últimos tiempos. Máxime cuando desde el Ayuntamiento el mensaje que se lanza con motivo de la puesta en marcha del citado plan es el de potenciar “la prevención y detección de situaciones de riesgo, la atención para evitar la desprotección y posibilitar la reunificación familiar”.
Varios interlocutores del colectivo Corrala La Utopía manifestaron ayer que acudieron al Ayuntamiento a pedir explicaciones tras producirse el corte y denunciaron ante los medios de comunicación que quienes les atendieron efectuaron veladas amenazas de enviar los servicios sociales a preocuparse por la situación de los niños y que les podían retirar la custodia de los mismos al estar habitando en un edificio sin suministro de agua. Por incongruencia que no quede.
El padre de varios de ellos me contaba ayer tarde que los niños no faltan ni un solo día a la escuela, está bien alimentados y vestidos, correctamente atendidos, pero que él no tenía a dónde ir y que no estaba dispuesto a consentir que sus hijos vivieran en la calle. En cuestión de protección al menor probablemente habría que premiarlo por su valentía.
Lo más alarmante es que la misma institución que dice preocuparse por la situación de los menores sea la que consiente que se corte el suministro de agua a una treintena de familias con niños en una ciudad como Sevilla y en las fechas que estamos. Sabiendo además que la situación por la que atraviesan es poco menos que de extremada necesidad.
De nada vale reafirmar “el compromiso político” de la corporación en atender a los más desfavorecidos con “carácter prioritario” cuando se es incapaz de solventar un problema vital teniendo la solución en la propia mano. Y menos recurrir a la amenaza y a la utilización hipócrita de los más débiles como moneda de cambio para tratar de solventarla.
Si bien es cierto que no estamos en campaña electoral y, por tanto, ya todo vale.
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