“En esta urbe anclada en el estereotipo impuesto desde fuera
y alimentado desde dentro, recurrente como pocos es el tópico del ser barroco
de Sevilla, ese permanente claroscuro y contraste que es capaz de enfrentar,
como dos conceptos antagónicos, los bloques del barrio más pudiente con las
paredes ocres de uno de los más humildes en la misma calle. Pero es que la
ciudad se empeña en dejar constancia de ese alma contradictoria con mañanas
como ésta, fresca a la sombra del Ayuntamiento, precisamente el día en el que
más caldeada estaba, como se suele decir, la cosa.
Casi con una resaca de la noche en la que se celebró el Día
de la Música y decenas de conciertos pusieron banda sonora a la ciudad, Sevilla
se despertó con una sinfonía propia de este verano recién estrenado, ese
murmullo de paseantes bajo un ejército de golondrinas que rasgaban el aire con
sus graznidos. Apenas 15 minutos antes del comienzo del primer debate sobre el
estado de la ciudad, la pereza se adivinaba en la casi solitaria puerta del
Ayuntamiento, al igual que en el rellano de la escalinata del interior de la
Casa Consistorial, donde los periodistas se reúnen antes de poder entrar en el
salón de plenos. Allí, este cronista que les escribe aguardó solo mientras los
concejales y otros miembros de los grupos fueron llegando con cuentagotas, con
el temor de haberse quedado rezagado y de estar perdiéndose un acontecimiento
al que, por novedoso, nadie había querido llegar tarde.
Resultó, más bien, ser todo lo contrario. Los informadores
fueron copando el rellano con sus cámaras poco a poco, entre una expectación
disimulada y la perplejidad de no encontrar, precisamente, más acogida entre
este debate que, se presume, supondría la oportunidad de poner sobre el tapiz
los asuntos que más preocupan a los sevillanos. En esos momentos, en Twitter
algunos dudaban de que ni siquiera el mismo alcalde tuviera interés
en asistir, por no haberlo confirmado previamente.”
El resto de la crónica sobre el debate sobre el estado de
Sevilla celebrado ayer en el Ayuntamiento lo tenéis en “El
debate sobre el estado de la Ciudad: entre el ruido y la furia”, como
siempre en sevilla report.
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