A Zoido le sobra tanto la pasta en el Ayuntamiento de
Sevilla que se ha permitido el lujazo de gastarse 23.000 euros de nada en su OT
particular: la
Operación Talento. Ni siquiera en originalidad se merecía tal gasto el
engendro.
Lo presentan como una operación que pretende ser una
alternativa al ocio nocturno, que tiene bemoles. No veo yo a los miles de jóvenes
asistentes a las macrobotellonas guardando cola para hacer gorgoritos delante de un
jurado a lo Manu Tenorio.
Eso sí, mientras tanto el discurso de la austeridad
implantado a maza y martillo en las empresas municipales, imponiendo recortes
salariales a sus plantillas con el cuento de que sólo así serán viables. Si no,
que le pregunten a los de Tussam.
Con la situación de paro endémico que atraviesa la ciudad y
de miles de familias al borde de la quiebra y viviendo por debajo del umbral de
la pobreza, es desde luego una idea brillantísima que a buen seguro no pasará
desapercibida a ese Gran Hermano en el que se han convertido los mercados.
Podemos respirar tranquilos, pues.
Dado el cachondeo que ha suscitado la iniciativa en las
redes sociales, más que Operación Talento, debería haberse denominado Operación
Trompazo.
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