Aún no hacía cuatro meses que Juan Ignacio Zoido, Alcalde de Sevilla, había aterrizado en el sillón consistorial, cuando denunció ante la opinión pública que 70 millones de euros de los que lastraban las cuentas de Tussam correspondían a traspasos de deudas provocados por la mala gestión del equipo de gobierno anterior.
La noticia no hacía sino confirmar lo que muchas voces, entre otras este blog, venían denunciando desde hacía años. La empresa pública sufraga gastos a los que se compromete el Ayuntamiento que luego no se transfieren y quedan como losas adosados a la deuda arrastrada. Algo que de tan habitual se hizo norma.
Ahora, ya con el gobierno de Zoido al frente de la ciudad, nos enteramos de que Tussam corrió con 63.500 euros de gastos de la final de la Copa Davis, a pesar de atravesar una situación financiera asfixiante y de que el pasado lunes su Consejo de Administración aprobó iniciar las negociaciones con los representantes sindicales para implantar una rebaja salarial del 5% a toda la plantilla en el marco del plan de viabilidad.
La cuantía del gasto viene derivada de un contrato firmado entre la empresa de transportes urbanos y la Asociación para la Promoción Exterior de Sevilla (APPES), tal como informa Javier Alonso en El Correo de Andalucía, que se aprobó en la comisión ejecutiva el pasado 28 de noviembre y que no pasó ni por el Consejo de Administración de la empresa, ni por la comisión de contratación.
Lo más curioso del caso es que Tussam no figura como patrocinador del evento, a pesar de que sobrepasó con creces la cuantía máxima que aportaron las entidades privadas, ya que ninguna de ellas sobrepasó los 50.000 euros. Una forma cuanto menos curiosa de patrocinio y de efectividad en la comunicación empresarial.
La empresa adjudicataria del servicio fue Casal, que se responsabilizó del servicio discrecional con conductores para el traslado de periodistas, jueces y equipos deportivos, ya que presentó la oferta más económica de las tres que se presentaron.
La razón que aducida para la externalización del servicio es la de “dificultades de recursos y horarios para ser asumido por la plantilla”. Según fuentes de la empresa, el obstáculo mayor era la amplia disponibilidad que exigían a los conductores, 12 horas, que imposibilitaba la prestación.
La oposición no ha tardado en tildar este hecho como un “escandalo y un error” del equipo de gobierno. Y quizá precisamente por ello, Zoido ha visitado sorpresivamente las instalaciones de Tussam a las 6:30 de esta mañana, sabedor del momento delicado que atraviesa la compañía, para reiterar su apuesta por su viabilidad y por su carácter público.
El Alcalde es consciente de lo que está pidiendo a la plantilla y de la dificultad del momento en que lo hace. Pagar un evento de la ciudad con cargo a las depauperadas arcas de la empresa municipal, por muy beneficioso que fuera para ésta y a pesar de tratarse de servicios de transporte, no deja de ser una contradicción que no será fácil de asimilar por un plantel perfectamente preparado para haberlo prestado sin mayor dificultad. Es como enviar a una importante misión a un grupo de mercenarios, cuando se dispone de un ejército profesional, con la excusa de que salen más baratos.
Igual de llamativo resulta que un hecho de tal trascendencia haya pasado desapercibido en una empresa con cuatro secciones sindicales diferentes integrantes del Comité de Empresa sin que haya levantado ninguna voz crítica al respecto. Sobre todo si se tiene en cuenta que en aquellos momentos los sindicatos estaban preparando una concentración en la Cartuja en protesta por los reiterados atrasos en los cobros y exigir el pago de los salarios en las fechas estipuladas en el convenio colectivo. Acto que finalmente no se llevó a cabo.
El único miembro de la representación sindical con presencia en el Consejo de Administración, el secretario general de CCOO, Miguel Pereira, relató al periodista que “la dirección de la empresa, se puso en contacto con los representantes sindicales para plantearles las necesidades que debía asumir Tussam en la final de la Davis” y que “no está a favor de este tipo de contrataciones.
Tanto el representante de ASC, Isidro Fernández, como del SITT, Emilio Cubero, y de CGT, Francisco Cárdenas, han negado haber recibido ningún tipo de información al respecto. El sindicato ASC incluso ha publicado un artículo al respecto en su blog. Sin embargo, fuentes de la dirección de la empresa afirman que dicha información fue facilitada a los consejeros que asisten a la comisión ejecutiva, entre los que no se incluyen los miembros del consejo que representan a la oposición.
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