De modo que los presupuestos del Estado que confecciona el gobierno legítimo de la nación y emanado directamente de las urnas serán supervisados a partir de ahora por la Comisión y el Consejo europeos, que los modificarán a su antojo en función de cómo va evolucionando el déficit e incluso nos sancionarán de manera automática si los compromisos adquiridos mediante la alevosa y nocturna reforma constitucional reciente son incumplidos.
El crecimiento económico y el bienestar de los ciudadanos pasan a un segundo plano, cuando no desaparecen directamente, y los parados son condenados a la ultratumba, porque en la nueva política económica impuesta por Alemania al resto de los mortales sólo hay cabida para las exigencias de los mercados financieros y sus desmanes antológicos.
De tan cruda realidad es fácil deducir que tenemos pues un presidente del Gobierno que no manda en las cuestiones importantes, que nuestra soberanía nacional se diluye como los azucarillos en el café hirviendo y que la máxima expresión de la democracia, el voto en las urnas, se está convirtiendo en una parafernalia de dudosa utilidad para los ciudadanos.
Con este panorama, o se cambia la forma de mediación política por una más acorde con la nueva realidad o nos veremos abocados a una indefensión democrática sin parangón en la historia de dicho sistema político.
Desde los tiempos en que se planteó el debate de ingresar en la UE tengo muy claro, me imagino que al igual que una amplia mayoría de españoles, que quiero ser un ciudadano europeo. Lo que nadie me preguntó entonces es si quería ser alemán.
Sin embargo, con el devenir de los últimos acontecimientos, cada vez que me levanto y me miro al espejo me noto más cara de teutón. Y eso me preocupa, ciertamente.
Por cierto, hoy se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, ésos que cada vez están más devaluados en toda la faz del planeta, la libertad de expresión entre ellos. Que los árboles no nos impidan nunca ver la totalidad del bosque.
1 comentario:
Tranquilo Jack, que el Sr. Rajoy va a pararle los pies a toda Europa y nos va a poner por fin donde nos corresponde... por eso le ha votado toda España ¿no?
Un abrazo.
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