Se le veía seguro ayer a Juan Espadas, candidato socialista a la alcaldía, en el Foro Gaesco. Se desenvolvió como un pez en su medio natural, exhibiendo la experiencia acumulada durante su etapa como Consejero de Vivienda de
Ante el aforo repleto del hotel NH Plaza de Armas en una calurosa tarde de abril, Juan Espadas bajó a la obra, se ajustó el casco y presentó sus propuestas para regenerar a un sector depauperado y que no pasa por su mejor momento. Los constructores tuvieron que asimilar con estoicismo un mensaje preeminente; se corta el grifo.
La imagen del sector de la construcción está por los suelos debido en parte a que lo señalan como uno de los responsables de la burbuja inmobiliaria que provocó la crisis que nos ahoga, hecho que Espadas no dudó en calificar de injusto, puesto que según él no es acorde a la verdadera realidad. También a que no es infrecuente que, en los diferentes casos de corrupción destapados a lo largo de todo el país, aparezca con demasiada asiduidad la figura de algún promotor de por medio, siempre a la caza de los pingües beneficios que deja tras de sí las especulación.
Espadas comenzó su intervención reivindicando la puesta en valor de “lo generado en estos años”, haciendo alusión expresa a la era Monteseirín, aunque sin mencionarlo, que no conviene confundir la estrategia electoral con la nostalgia. Y pasó sin más trámite a abordar la ordenación del territorio como instrumento de cohesión social, porque “no se puede confiar el desarrollo de los territorios en exclusiva a las infraestructuras, ya que lo que verdaderamente importa es “lo que somos capaces de hace con ellas”. Para ello reivindicó el Plan Sevilla 2020 como una herramienta que se ha de aprovechar.
En ese sentido, defendió el papel de
Los pilares sobre los que ha de sustentarse dicho plan pasan por una estrategia de especialización productiva que consiga que “estemos en aquellos sectores que han de ser la nueva identidad de Sevilla” y quesean capaces de generar empleo “fundamentado en el desarrollo industrial del territorio”.
Especial hincapié hizo el candidato en la aplicación de la innovación en el sector del que una buena representación le escuchaba con atención. Defendió la adaptación de los productos a las nuevas realidades del mercado mediante la oferta de “viviendas a precios asequibles y adaptados a las necesidades de los demandantes”. Esto supone la reformulación del tradicional modelo de negocio para adaptarlo mejor a los tiempos que corren introduciendo dos elementos novedosos: la construcción de viviendas a precio asequible de alquiler y la rehabilitación como motor para regenerar el sector. Algo que ya se ha hecho habitual en su discurso desde que fue designado candidato.
Para llevarlo a la práctica apostó por un modelo de financiación público-privada que se ha convertido en la estrella rutilante de su programa y por aprovechar los dividendos que aportaría la rehabilitación de viviendas de cara a dotarlas de un considerable ahorro energético. Se trataría de rehabilitaciones a escala de barrios, proporcionando aislamiento completo a los edificios que supondrían un 30% de ahorro energético que sería gestionado por los operadores que participaran en el proyecto.
Esto supondría además una considerable disminución de emisiones de gases de efecto invernadero que contribuiría al desarrollo de la sostenibilidad recogido en el PGOU como modelo de ciudad y que se adapta a la perfección “al modelo de ciudad que queremos”. En este mismo marco se integraría una actuación preferente de cara a recuperar los polígonos industriales de la ciudad.
Ya en el turno de preguntas por parte de los asistentes, Espadas se comprometió a “desmontar el sancta sanctorum de
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