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16 octubre 2010

El dilema de Antonio Rodrigo Torrijos

Escribía García Márquez que la cuestión fundamental no es cuándo te va a llegar la muerte, sino presentar, de cadáver, un buen aspecto. Izquierda Unida, sobre todo a tenor de los resultados electorales obtenidos en los últimos comicios, parecía un cadáver que muchos ya daban por precocinado. Tampoco se podía afirmar que, tras los devaneos con la derecha de Aznar de Julio Anguita, el presunto fiambre presentara un aspecto saludable.

A resultas de las vueltas que ha propiciado esta crisis y del innegable giro a la derecha que suponen las políticas por las que han apostado los socialistas para afrontarla, se le presenta una oportunidad única de mostrarse como referente a la hora de apostar por las políticas progresistas y sociales que una buena parte de la sociedad demanda.

Sin embargo, el quehacer cotidiano en aquellos lugares donde ha alcanzado cierta cuota de poder y donde no siempre la rentabilidad política del pacto tiene los frutos deseados hace suscitar el atávico dilema sobre la viabilidad del viejo sueño de una alianza efectiva de la izquierda.

Es la apertura de la caja de los truenos que el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, aborda en el informe de gestión que defenderá mañana ante el Consejo Político Federal de la organización, según adelanta hoy el diario Público.

"No es posible mantener alternativas globales a la política del Gobierno y, al mismo tiempo, mantener acuerdos con el PSOE que ratifican su política en ámbitos locales o autonómicos. Los ciudadanos son inteligentes y esos hechos tienen más fuerza que mil palabras que podamos decir. No estoy planteando ninguna ruptura de nuestros actuales acuerdos con el PSOE, porque además no sería creíble, pero sí la necesidad de que nuestro perfil y nuestro programa se hagan visibles", defiende Cayo Lara en su informe.

Y hay que reconocer que Lara ha puesto el dedo en una llaga ya veterana y dolorosa. Porque la elección, sobre todo a la hora de calibrar y enjuiciar los resultados, entre la “oposición perpetua” o el ejercicio de determinadas cuotas de poder en coalición con los socialistas y rentabilizar su visibilidad no es nada fácil y tiene sus pros y contras en cada uno de ambos supuestos.

Un ejemplo bien evidente de ello es el pacto de gobierno que sostienen ambas formaciones en el Ayuntamiento de Sevilla, cuya escenificación última y más fiel ha sido que todos los sevillanos han podido ver cómo un equipo de gobierno que, supuestamente, persigue los mismos fines se ha mostrado dividido con motivo de la convocatoria de la huelga general el pasado 29 de septiembre.

Mientras el bando socialista no sólo era contrario a la convocatoria de huelga, sino que incluso se muestra dispuesto a aplicar las políticas neoliberales que han motivado su convocatoria, los concejales de Izquierda Unida no sólo han apoyado la movilización, sino que incluso han participado en los piquetes de la misma. Toda una contradicción palmaria entre dos socios de gobierno que se suponen de acuerdo en lo fundamental.

¿Puede Torrijos impedir que sus socios de gobierno apliquen indiscriminadamente esas políticas que tanto detesta y por las que ha llamado a la movilización a la ciudadanía? Es más, ¿estaría dispuesto a romper el pacto de gobierno y sacrificar su cuota de poder en el caso de que se implantaran? Es bastante dudable.

Hasta ahora, cada vez que han surgido discrepancias en el equipo de gobierno todo se ha limitado a una ristra de declaraciones públicas que no han conducido a ningún sitio y que no han impedido que las pretensiones de los socialistas se llevaran a cabo al ciento por ciento.

Sucedió con la reprobación a la gestión del gerente “Adolfo” Arizaga al frente de Tussam, en cuyo Consejo de Administración el representante de IU, José Antonio Salido, vetó su gestión, sin que hasta ahora se haya impedido que campe a sus anchas y haciendo lo que le da la real gana por los predios de la empresa municipal, respaldado sin fecha de caducidad por el mismo que lo nombró, el alcalde Montesirín.

Se repitió el escenario pocos días después con motivo de la aprobación del proyecto Altadis, que consistía en la modificación del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) para alterar la calificación de los suelos y que la antigua fábrica de tabacos de Los Remedios pase a tener un uso educativo. En aquella ocasión, el portavoz popular, Juan Ignacio Zoido, incluso ofreció sus votos al alcalde para que el proyecto saliera adelante. El hecho es que el asunto sigue paralizado y sin solución a corto plazo.

Y lo mismo se puede decir en relación al planteamiento de los socialistas de la privatización de líneas de Tussam como única salida viable a la crisis que atraviesa la empresa. Torrijos llegó a afirmar que con sus votos no se privatizaría ninguna línea de la empresa de transportes. Ello no ha sido óbice para que la empresa suprimiera la línea 36 a la Universidad Pablo de Olavide y unificara varios itinerarios de otras eliminando algunas más.

La lista de desencuentros no se queda ahí y se podrían enumerar muchos más. La cuestión es si electoralmente es rentable para su formación un pacto de gobierno con la versión local de quienes se limitan a aplicar sin rechistar las políticas neoliberales que recomienda el Fondo Monetario Internacional y los llamados “mercados”, algo a lo que la formación de izquierdas se opone frontalmente.

Y lo que es más crucial, si su electorado natural sabrá valorar esa especie de sometimiento que impone el álgebra de la representación obtenida en las urnas cuando se plantean discrepancias de fondo que suponen contradicciones frontales con la más pura esencia de lo que la formación defiende.

¿Tiene sentido respetar un pacto de gobierno cuando en actuaciones puntuales se dinamita lo fundamental de una línea de actuación política y de los valores que conlleva? Hasta ahora, para Torrijos, parece ser que sí.

Otra cosa será lo que determinen después las urnas.



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Jack. el sillon es muy comodo y dá de comer bastante bien, no me extrañaria que en las proximas elecciones el torrijos se aliara con cualquier sigla politica para seguir manteniendo el sillon,sin importarle nada,y donde dije Diego dije digo.

saludos

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: a mí tampoco me extraña ya nada en política.

Anónimo dijo...

A mi se me ocurre un pregunta que me lleva dias rondando la cabeza ¿ Porqué tanto la derecha como la izquierda aplican la misma politica economica para salir de la crisis? Y tras ella una segunda ¿No será que es la unica posible? y para concluir una tercera ¿ De verdad pensamos que un gobierno se empeña en joder a los trabajadores con reformas laborales que seguramente haran que pierda el poder? Recuerdo los años duros de la reconversion industrial, donde el horizonte no era de reformas sino de perdidas directa de empleos, de desmantelamiento total de industrias obsoletas, abocando a miles de trabajadores y a su entorno geografico a renovarse en nuevas actividades productivas, es decir, a un nuevo modelo economico que primase el conocimiento como revulsivo ante la depauperada economia del lugar. Hace 30 años este pais tenia una estructura productiva donde el sector primario estaba por encima del 40%. Hoy no alcanza el 15% y los espacios rurales se han convertido en un foco primigenio de actividad y de valor añadido. ¿ Cómo ha ocurrido esta transformación? A mi entender dos son los motivos por los que se ha llegado a esta situacion. Primero una apuesta del Estado, especialmente cuando han gobernado los soicaldemocratas, por reformar espacios antes solo agricolas por otros donde el sector servicios sea el predominate, basado fundamentalmente en el medioambiente y en la ancestral cultura de los sitios. Esto ha supuesto una mejora de vida de los ciudadanos rurales y una mayor dotacion en infraestructuras.Y en segundo lugar la aceptacion por parte de los ciudadanos de la inevitabilidad de las circunstancias. Oponerse a la evolucion social, incluida la economica, solo lleva a la catastrofe. Es posible que la reforma laboral actual sea valorada positivamente dentro de unos años, pero tambien es posible que allí donde gobierna IU se aplique esta nueva reforma laboral porque si se hubiesen aplicado las recetas comunistas durante el conflicto de la siderurgia de Sagunto hoy posiblemente tendríamos en plena ciudad mediterranea un enorme conglomerado de metal sin futuro ninguno, con quizas no mas de 200 empleos, altamente contaminante, mientras 25 años despues dispone, segun sus datos economicos, una fuerte industria turistica que emplea a mas de 2000 personas. IU es de izquierdas, de eso no hay duda, como es socialista el gobierno cubano, que ha declarado la elimiancion de unos cuantos miles de funcionarios y estar preparado para el cambio, cambio en sentido economico obviamnete.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: creo que el enfoque no es ni puede ser el mismo. Ahora no se trata de una reforma para reconvertir u sector débil de la economía productiva, sino de un ataque en toda regla al Estado del Bienestar por parte de los poderes financieros en beneficio de los banqueros y las más ricos. Ahora, en mi opinión, nos jugamos mucho más y su pérdida puede ser, casi con toda seguridad lo será, del todo irreparable. No me vale esa comparación.
Y no, no creo que sea la única política posible. Otra cosa es que sea la única que ellos son capaces de hacer, porque les interesa y porque están aferrados al poder. Tratar de justificar que un partido presuntamente de izquierdas aplique este tipo de políticas, sinceramente y con todo el respeto del mundo, me parece lamentable. Así está la izquierda de hundida en la deriva en la que se halla.

Marcos dijo...

Hola, Buenos dias!!

Efectivamente, existen determinados aspectos de las medias adoptadas por el PSOE que no son asumibles y defendibles por parte de la agrupación de izquierda unida. Tambien, han salido a la opinión publica los desencuentros que han tenido los socios de gobierno en determinadas materias donde los socialista han ejecutado politicas neoliberales sin rechistar.

Sin embargo, el Pacto de Gobierno ha tenido para la ciudad mas beneficios que perjuicios, ha habido mas encuentros que desencuentros. Voy a referirme a unos cuantos hechos, desde los carriles bici (donde en apariencia todo el mundo parece protestar pero son utilizados todos los dias por 70.000 personas, pasando por politicas de inmigració hasta politicas sociales como el bonobus solidario o programas de alfabetización com el Yo, si puedo que han tenido reconocimiento internacional en Naciones Unidas. Tampoco se puede obviar las politicas interrelacionadas que ambos grupos de gobierno han ejecutado, desde la conservación y mantenimiento de mas de 2000 bienes de interes cultural ubicados en Sevilla hasta la reforma en la ejecución en politica cultural. No es momento de ser exhaustivos pero sí de ser justos.

Miren ustedes, romper el Pacto por la Gobernabilidad de Sevilla supondria mayor perjuicio que beneficio pues, grandes medidas progresistas jamas vistas en Sevilla puestas en marcha por los socios de gobirno,(metro, carril bici, peatonalización del centro, sostenibilidad urbana, etc..) se paralizarían sin solución de continuidad con el consiguiente perjucicio a la ciudad en terminos muy generalizados.

La agrupación de izquierda (IU) no puede, jamas, estar de acuerdo con politicas conservadores neoliberales que lo unico que persiguen es una separación cada vez mas ardua entre gobernantes y gobernados, concentración de capitales y un retroceso en el mantenimiento de los servicios públicos sociales y de bienestar general, servicios y prinpcios cuya consagración en su mantenimiento y mejora se halla en nuestro texto constitucional y que en nada se cumple dentro de los politicas neoliberales orquestadas por empresas transnacionales que constituyen las grandes masas de capital que aplica el FMI sin oposición alguna.

Las ramas de un arbol, señores, no nos deben impedir ver el fondo del bosque.

Un saludo

Gregorio Verdugo dijo...

Marcos: muy respetables tus argumentos, y en buena parte de ellos coincido contigo en que sin este tipo de pactos serían prácticamente imposibles. Sin embargo, a lo que se refiere este post es a la poca rentabilidad electoral que IU suele sacar de este tipo de coaliciones. Hay opiniones sobre el tema para todos los gustos, hasta tal punto que incluso se está debatiendo en el seno de la formación de izquierdas a nivel federal. Muchas gracias por tu aportación.