Una vez confirmado que en Andalucía no habrá primarias para las ciudades con población superior a los 50.000 habitantes, en una decisión de Griñán que diversifica todavía más el panorama de la elección de candidatos en el PSOE a lo largo y ancho de la nación, Juan Espadas, alcaldable socialista por Sevilla, ha decidido por fin entrar en materia.
El tema elegido por Espadas para abrir boca ha sido el de los barrios. Mientras Monteseirín concentró tal vez en exceso los esfuerzos de su último mandato en el casco histórico y las infraestructuras megalíticas, el candidato prioriza a los barrios del extrarradio, los casi siempre olvidados. Y su primera propuesta es una modificación de fondo en los mecanismos de los Presupuestos Participativos.
Hasta ahora el peso específico de su confección recaía sobre las entidades vecinales, que no siempre representan con fidelidad el sentir del barrio en cuestión. El hecho de que un vecino no suela acudir a la asociación de su barrio no quiere decir que no sepa cuáles son las necesidades del mismo y que no pueda efectuar sus aportaciones.
Espadas apuestas por incorporar las “necesidades reales” de los vecinos en los contratos programa, incluyendo las opiniones de todos; los que acuden a las asociaciones y los que no. Es lo que él mismo denomina “hacer los programas desde un punto de vista global”.
Para ello pretende someter a votación en cada barrio las propuestas de las asociaciones, para trasladarlas “a cada vecino” y que sean ellos mismos quienes decidan qué necesidades son las más urgentes. Según sus palabras, “con lo que opinen entidades vecinales y los propios ciudadanos se elaborará un listado de peticiones más ajustado a la realidad y, además, se establecerán las prioridades para dejar claro qué se hace primero”.
Además Espadas lanzó toda una declaración de principios de cara a establecer los parámetros sobre los que se basará ese cambio de formas que proclama con respecto al gobierno municipal anterior. Así, dejó claro que sus ejes de prioridad van a variar bastante con los que han dirigido las actuaciones del último gobierno municipal, ya que "los barrios más necesitados tendrán que recibir muchos más recursos que los que tienen más".
A diferencia de Zoido, Espadas aún no ha prometido nada. Sólo ha explicado un cambio en la metodología que pretende hacerla más participativa y transparente. Una especie de colectivización democrática de la ciudad en lo referente a las inversiones en infraestructuras. Todo un ingente trabajo que el candidato tiene por delante, dado el poco tiempo del que dispone, y el incordio permanente de la mosca cojonera del alcalde, enfrascado hasta las cejas en sus polémicos megaproyectos.
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