Los colores de la bandera de España

No me gusta demasiado la bandera de España.

La roja y gualda me trae recuerdos de un tiempo pasado que nunca me gustó. No viví demasiados años la dictadura, apenas dieciocho, pero siempre he mantenido fresco en mi memoria el recuerdo de cómo fueron para un chaval que asomaba su mirada al mundo. Hay cosas que cuesta olvidar.

Los colores de esa bandera representan la crueldad y la miserable venganza del bando vencedor de una guerra fraticida, la desvergüenza de quienes se saltaron a la torera la legalidad vigente y convirtieron el país en un solar donde ejercer el crimen y el latrocinio con total inmunidad.

Por eso, a pesar de que un día la juré como muchos españoles, nunca he sido partidario de hacer ostentación ni de la bandera ni de sus colores. Un poco por vergüenza histórica y también, quizá, como una forma íntima y personal de hacer justicia a quienes dieron su vida luchando porque esos colores y lo que representan no ondearan en el mástil de la casa de todos.

Hoy han pasado muchos años y ya hay generaciones adultas que no conocieron esa etapa negra de la Historia de este país, afortunadamente. Todavía quedan heridas abiertas que espero que algún día tengamos la decencia de saber cerrar.

Pero durante la larga etapa de la transición he visto cómo unos pocos, los de siempre, se han apropiado de los colores de la bandera de todos los españoles, de manera que quienes teníamos reticencias históricas nos hemos ido alejando progresivamente de ella, como si no fuera algo nuestro, como si nada tuviera que ver con nosotros.

Ahora, gracias a los triunfos de la selección de fútbol y también de otros deportes con integrantes de todas las realidades de este país, veo cómo estamos reconquistando unos colores que son de todos a quienes se apropiaron de ellos vilmente.

No soy partidario de las banderas, tampoco de las patrias ni de las fronteras. Soy más partidario de lo que une, de lo que suma y elimina las restas. Y si esta reconquista de lo que primero nos impusieron y luego nos robaron quienes piensan todo lo contrario sirve para realzar esa faceta, ese objetivo común que nos haga ser un pueblo que sabe lo que quiere y sabe como conseguirlo, bienvenida sea.

Puede que entonces sea capaz de olvidar y superar de una vez lo que esos colores significan y me vea reflejado en ella, como en un retrato caleidoscópico de lo que hoy es la España que queremos todos los españoles.