Sevilla se despertó ayer abrumada por la tragedia. Un incendio declarado durante la madrugada en la residencia de ancianos “Aurora”, sita en la calle Marqués de Nervión de la ciudad, arrancó la vida a siete personas. Además hay otras nueve heridas de diferente consideración como consecuencia del mismo.
Una de las víctimas fallecía abrasada por el fuego, que comenzó en la tercera planta del geriátrico, mientras las otras cinco lo hacían a causa de la inhalación del humo. Eran cuatro mujeres y dos hombres con edades comprendidas entre 65 y 96 años. La séptima ha muerto esta madrugada en la Residencia Virgen del Rocío también por el humo inhalado.
Lo que provocó el incendio fue un incidente eléctrico originado en una cama para personas impedidas y la policía científica ha descartado en todo momento cualquier intencionalidad en su origen.
Ante la magnitud del suceso, el Ayuntamiento de Sevilla ha decretado tres días de luto oficial en la ciudad.
Hasta aquí el esbozo de la noticia, tal y como se ha desarrollado hasta ahora, que ha inundado los telediarios y las portadas de los medios.
Pero como escribió Manuel Almeida, “la noticia siempre tiene dos caras o más, es deber del periodista dar cuenta de todas ellas”. Y yo os voy a contar aquí la otra cara, la más triste si cabe, de esta desconsoladora noticia.
La trastienda de esta desgraciada noticia es que tres de las seis primeras víctimas del incendio eran familiares directos de empleados de Tussam, una de ellas por partida doble, puesto que se trataba de la madre dos hermanos que son empleados de la empresa. Todos ellos compañeros y amigos.
Los cadáveres fueron trasladados al tanatorio de San Jerónimo para que fueran velados por sus familiares y deudos. Por allí desfilaron para darles el pésame el Presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñan, el alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez Monteseirín, el candidato a la alcaldía por el Partido Popular Juan Ignacio Zoido, el presidente del Partido Popular de Andalucía, Javier Arenas, y varios consejeros y concejales. Todos compartiendo por unos instantes el dolor de las familias.
Bueno, todos, lo que se dice todos, no estuvieron. Por allí no se dignó en asomarse nadie en representación de Tussam. Ni los imputados Guillermo Gutiérrez Crespo, vicepresidente de la empresa, y el ínclito Carlos Arizaga de Pablo-Blanco, gerente de la misma, tuvieron el detalle de acercarse para dar sus condolencias a los familiares empleados de su empresa, como tampoco lo han hecho hoy en los diferentes sepelios celebrados. Es algo más que una muestra significativa de la catadura moral de estos dos individuos.
Durante los treinta años que llevo en esta empresa, he visto pasar gerentes y vicepresidentes de todas las tendencias y colores. Estoy convencido que cualquiera de ellos, fuesen las que fueran las circunstancias de la empresa en ese momento, hubiera acudido a cumplir con los deudos, máxime tratándose de una tragedia de estas características.
Pero no estos dos, que todavía ni siquiera se han dignado en mostrar sus condolencias a la viuda de José Luis Alonso y a sus hijas cuando ya ha transcurrido más de un año desde que nos abandonó.
Esta clase de dirigentes son los que tenemos que soportar los más de mil empleados que desarrollamos nuestro trabajo en Tussam. Hasta ese nivel de bajura se han deshumanizado las relaciones laborales en una empresa que tenía a gala gozar permanentemente de un clima laboral idóneo. Ése es el único record que son capaces de batir estos empleados públicos cuyos sueldos en algunos casos superan al del mismísimo Presidente del Gobierno de la nación.
Decía Groucho Marx que “la humanidad, partiendo de la nada y con su sólo esfuerzo, ha llegado a alcanzar las más altas cotas de miseria”.
Se ve que estos hace ya tiempo que pasaron a Groucho por la izquierda.
Desde aquí mi abrazo y mi pesar a los compañeros.
5 comentarios:
suele ser así, cuando no eres persona es que eres un monstruo.
Tambien mis condolencias para esas familias, escuché la trágica noticia y me siento sorprendida por la falta de humanidad, aunque sea la minima de esta gente.
Besos jack
megustas: gracias a ti. Siempre hay una parte de la historia que permanece oculta. En esta ocasión, por compromiso, amistad y justicia, la he sacado para conocimiento general. Está muy bien los golpes en el pecho cuando hay foto de por medio, pero sería mejor un comportamiento más humano, más acorde a la verdadera medida de las personas. Y eso en Tussam brilla por su ausencia.
En estas ocasiones, desgraciadamente, es cuando se muestra la catadura moral de las personas. Sólo valen el desprecio que alimentan.
Dan
Dan: la verdad es que tú has dado con la palabra adecuada; son despreciables.
EN MI NOMBRE Y EL DE MI FAMILIA, ME UNO AL LAMENTO DE CADA LAGRIMA Y CADA SUSPIRO. HAGO MIO VUESTRO SUFRIR. Y A QUI TENEIS UN HOMBRO, PARA REPOSAR Y LLORAR.
UN ABRAZO Y MI MAS SENTIDO PESAME.
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