No me gusta esa macabra tendencia que es inherente a las religiones de regocijarse con el sufrimiento humano. No creo que la salvación de la humanidad pueda cimentarse sobre la idea de una venganza permanente y eterna.
Las religiones siempre han procurado estar apegadas al poder, de ahí su condición de peligrosas, especialmente para aquellos que tienen la osadía de pensar diferente. Pero cuando las religiones se han convertido en poder puro, cuando la religión se hace Estado, el peligro se multiplica infinitamente y cualquier persona de pensamiento contrario hace bien en empezar a temer por su vida.
Os dejo aquí el relato de una muestra de lo que está sucediendo en Irán, un país que se ha dejado gobernar por dioses inexistentes de cuya palabra se han adueñado integristas para hacerla ley y que han convertido la crueldad en su más sagrada doctrina.
La iraní Kobra Babaei corre un grave riesgo de ser lapidada después del ahorcamiento de su esposo Rahim Mohammadi el pasado 5 de octubre, acusado de “sodomía”.
Kobra Babaei y Rahim Mohammadi tienen una hija de 12 años. Eran muy pobres y tuvieron que recurrir a la prostitución para poder mantenerse económicamente después de mucho tiempo sin encontrar trabajo. Ambos fueron condenados a morir lapidados tras ser declarados culpables de “adulterio estando casados”. Rahim también fue declarado culpable de “sodomía”, “delito” que se castiga igualmente con la ejecución, aunque por el método que el juez decida.
El abogado de la pareja, Mohammad Mostafaei, ha manifestado que considera ilegal el ahorcamiento de Rahim Mohammadi puesto que las autoridades no informaron al abogado de que su cliente estaba a punto de ser ejecutado, tal y como exige la ley iraní. Además, Mostafaei ha explicado que no había pruebas de la “sodomía” y que, a su juicio, se había presentado este cargo para que las autoridades pudieran ahorcar a Mohammadi, en vez de lapidarlo. Según el letrado, Kobra Babaei corre riesgo inminente de lapidación ahora que su esposo ha sido ejecutado.
Según fuentes de Amnistía Internacional, actualmente seis mujeres más y otros dos hombres siguen expuestos a ser lapidados en Irán.
Amnistía Internacional considera que la ejecución por lapidación agrava la brutalidad de la pena de muerte por ser un método concebido específicamente para aumentar el sufrimiento de la víctima. El Código Penal iraní es muy específico con respecto al modo de llevar a cabo la ejecución y al tipo de piedras que deben utilizarse. El artículo 102 dispone que, para la lapidación, los hombres serán enterrados hasta la cintura, y las mujeres, hasta el pecho. El artículo 104 dispone, en relación con la pena por adulterio, que deben utilizarse piedras "no tan grandes como para matar a la persona de uno o dos golpes ni tan pequeñas como para no poder considerarlas piedras".
En 2008, Irán llevó a cabo al menos 346 ejecuciones. Desde enero de 2009 hasta el 25 de agosto, al menos 318 personas habían sido ya ejecutadas. El gobierno no informa sobre las condenas de muerte y ejecuciones de manera oficial, por lo que el dato real del número de ejecuciones es seguramente muy superior.
La organización ha publicado una ciberacción con el objeto de recoger firmas para instar a las autoridades de Irán a que declaren de inmediato una suspensión efectiva de las ejecuciones por lapidación, como un primer paso en el camino hacia la abolición total de la pena de muerte.
Como leí un día en un post de Netoratón, a los fundamentalistas se les pueden dar una rica variedad de respuestas. Pero una de las más ocurrentes e inteligentes es la que aparece en este vídeo de la serie “El ala oeste de la casa blanca”.
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