Ayer nos enseñaron en la asignatura Estructura de la Información la figura del herético, que es ese elemento extraño al sistema que altera el conjunto y lo hace peligrar, al que se suele aislar, absorber, expulsar e incluso utilizar para autolegitimar el propio sistema.
El sistema que nos rige ha decido declarar herético a Internet, porque cuestiona buena parte de sus fundamentos y se ha convertido en una seria amenaza para sus intenciones uniformadoras y de control.
Por eso el Parlamento Europeo, en vez de dedicarse a perpetuar los valores democráticos de los que una sociedad sana necesita dotarse y desarrollar, se propone aprobar el nuevo paquete de medidas Telecom en un intento de regular las telecomunicaciones para goce y disfrute de los grandes lobbies empresariales.
Con la aprobación de dicho paquete, la Enmienda 138 que protege los derechos de los internautas fallece ipso facto y se otorgará a la industria del entretenimiento carta blanca para coartar nuestras libertades en la red. Es un golpe de Estado de tapadillo en toda regla.
Así se hará posible el viejo sueño de estos censores de la libertad y de la cultura de poder cortar la conexión a Internet de quien les plazca sin ninguna garantía judicial de por medio, fusilarán sin remedio a la neutralidad de la red y se dedicarán a realizar escuchas y monitorización del tráfico, violentando de paso algunos de los derechos fundamentales que la Constitución consagra.
Porque cuando el sistema declara herético a alguien, no hay leyes ni derechos que valgan y, además, no suelen hacerse prisioneros.
Deberíamos hacer algo sonado al respecto. A mí se me ha ocurrido escribir este pos, a ver qué se te ocurre a ti.
27 octubre 2009
Internet es el herético
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