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29 octubre 2009

Hoy he conocido a la dignidad

Se ha celebrado esta mañana el juicio contra la cuarta compañera acusada de incitar a la huelga el día que nos despertamos con que José Luis Alonso se había quitado la vida. Ha sido en el Juzgado de lo Social número once de Sevilla. El caso ha quedado visto para sentencia, pero hoy no quiero hablar de eso.

Hoy quiero hablaros de que he tenido la inmensa fortuna de conocer a la dignidad en persona, porque uno de los testigos requerido por la defensa era Fernando Alonso, hermano del malogrado José Luis.

Me conformo con lo que he visto; la entereza, la dignidad de un hombre que no se resigna a que la memoria de su hermano permanezca manchada sine die.

Cuando el abogado le preguntó si conocía la persecución a la que estuvo sometido su hermano por parte de la empresa, no vaciló en contestar.

-Total y absolutamente –dijo- Yo he seguido paso a paso durante un año y medio el calvario que ha sufrido mi hermano a causa de estos señores.

Pero lo que más me impresionó fue cuando el letrado que defendía a la empresa quiso hacer sangre en la herida aún abierta y afirmó que lo padecido por su hermano era como consecuencia de una sentencia judicial.

Entonces Fernando se giró lentamente hacia el banquillo lateral donde estaba sentado el picapleitos, al lado de los directivos que allí estaban presentes, y sin alzar la voz, con la serenidad saliéndole por las órbitas de los ojos, le espetó a la cara:

-Como consecuencia de sentencia judicial no. Como consecuencia de las actuaciones criminales que ustedes hicieron en su contra y de las que usted formó parte.-

La jueza no tuvo más remedio que retirarle la palabra al letrado, recordándole que de todo ese asunto había testimonios más que suficientes en las actuaciones.

Fernando es todo un doctor en derecho, pero allí estaba ejerciendo del hombre más digno que yo he contemplado nunca. Seguro que su hermano se sentirá orgulloso adonde quiera que esté.

Algunos de los que estaban allí deberían tomar buena nota de ello.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro Jack, té animaras a pasarte por los juzgados en el ultimo juicio.

En el dia de hoy, no pude asistir por motivos de trabajo. Péro me imagino, tu perplejidad al comtemplar in situ semejante farsa.

Y cuando menciono la palabra farsa, lo hago en el apartado al llegar el letrado de
Tussam y menciona el asunto "ORLA".

Ahi, tú por primera vez al escuchar lo ofendido del gerente ATilarizaga por la irrupción de los compañeros de Luis, en el despacho del inquisidor , y lo molesto que se sintio el prenda lerenda. Al no haceptar mi familia sú corona de judas , el dia de autos.

Imagino Jack, que llegado el juicio a ése punto, las tripas se le revuelven a uno, ante semejante desfachatez por parte del joven abogado. Y te háblo, de escrupulos Jack , que en este melodrama muchos lo han perdido.

Y por ultimo mencionas la palabra dignidad. Como ya sabras por terceros, hemos cambiado de letrado. A don Joaquin, se lo llevo un angel en agosto .El nuevo, nos pregunto ...¿QUE QUEREIS, PUÉS VENDRAN CON EL TALONARIO ? . Nosotros le respondimos. "Queremos JUSTICIA, y sentarlos en el banquillo de los acusados, y que padezcan en propia carne lo que sufrio nuestro hermano Luis.

Efectivamente Jack... queremos dignidad. Y éso, el partido de las cuatro letras, en éste caso la ha perdido definitivamente.

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: ojalá todo salga bien y podáis conseguir lo que queréis.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Estremecedor, Gregorio, no sólo por tu descripción escrita desde la empatía más sincera, sino también, y sobre todo, por la rabia que provoca que una empresa y sus asesores jurídicos se empeñen en negar la evidencia: nadie se suicida si no es por una presión insoportable que le quita a uno el juicio, sobretodo si está en juego su medio de vida: el trabajo y lo que ello conlleva: familia, amigos, dignidad personal. Hay que tener unas tripas muy negras, llenas de hiel y rencor, para seguir con un proceder empresarial (y personal en quienes lo inician y lo mantienen) tan rastrero, inmoral y vergonzoso. ¡Que no quede en silencio, Gregor!

Gregorio Verdugo dijo...

Anónimo: de todo saldremos, toda esta locura la superaremos y nos fortalecerá. Eso ellos no lo comprenden, pero yo sé muy bien que será así.