No creo yo que para aseverar que la inmensa mayoría de los blogs no tienen nada que ver con el periodismo haya que haber cursado ningún tipo de máster ultragaláctico o algo parecido. Es algo que en la blogosfera se tiene por tan cierto como la ley de la gravedad.
Tampoco es nada nuevo que narrar hechos, contar historias, hacer buen periodismo en definitiva, sale bastante más caro que opinar. Es tan obvio que cuesta creer que alguien todavía lo cuestione.
Pero agarrarse a ese razonamiento, como ha hecho Arcadi Espada, para concluir que los blogs acercan sus planteamientos al periodismo convencional, con contenidos más informativos y menos sujetos a la opinión personalizada de su autor, en países sometidos a dictaduras, como el caso de Cuba, me parece cuanto menos o de una estupidez supina o que no se ha leído uno de esos blogs en toda su vida.
Si el periodismo de calidad, el que acude a las fuentes a beber las informaciones y luego las contrasta para elaborar una información rigurosa es caro en cualquier país occidental, imaginaos en un país como Cuba, donde la gente apenas tiene dinero para agenciarse una cena decente. A no ser que allí los bloggers disfruten de un estatus económico boyante que desconozco.
Esa argumentación se cae por su propio peso, y más cuando te acercas a la blogosfera cubana y compruebas que, al igual que en la del resto del mundo, lo que predomina es la denuncia y la opinión, aunque a veces se sustenten en hechos. Y sigo pensando que de ahí al periodismo todavía queda un buen trecho.
El periodismo es lo mismo aquí que en Cuba y el formato es sólo un medio, nunca una finalidad. Eso ya lo sabemos. Quien es capaz de asumir el coste que conlleva hacer periodismo, sea de la forma que sea, lo hace lo mismo aquí que en Cuba, lo publique en un medio tradicional, en un blog o en la pared desnuda de un colegio de barrio.
Para ese viaje no se necesitaban tantas alforjas, digo yo.
4 comentarios:
Hay quienes han perdido tantas cosas por el camino que acaban olvidando el objetivo de la caminata.
Precisamente y aunque levante ampollas, Arcadio Espada, Arcadi, cuando le interesa, no es un ejemplo para nadie y menos para dictar sentencias o hacer jurisprudencia en nombre del periodismo. Ni su palabra es ley. Es un bloguero que se vende muy bien.
Félix: Al parecer, según me comenta Javier F. Barrera, que ha sido un mal resumen de lo que Arcadi dijo por parte de EFE.
pozodeluz: fama y éxito sí que tiene, pero me imagino también que a fuerza de mucho trabajo.
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