Juan Ignacio Zoido, eterno aspirante a la alcaldía de Sevilla, declaró ayer que el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, es “un alcalde corcho, que flota en todas las aguas y se deja llevar de un lado a otro con tal de mantenerse a flote” que sólo se dedica a "intentar burlar la normativa para dar luz verde al bus ateo, a enchufar a familiares y permitir que sus socios de gobierno hagan lo mismo y a pagar conciertos por la República con banderas preconstitucionales con el dinero de todos los sevillanos".
Dado el hondísimo calado político del discurso de este señorito de alcurnia y la enorme variedad de propuestas para el desarrollo de la ciudad que encierra, no sé yo a qué le tienen que tener más miedo los sevillanos, si a que el alcalde repita o a que semejante individuo pueda hacer con la ciudad lo que le venga en gana.
Pobre Sevilla como caiga en sus manos.
1 comentario:
ayyyy a mi no me gustan ninguno de los dos....
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